Valdosta, Georgia. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a declararse ayer víctima de robo en los comicios que perdió el 3 de noviembre y aseguró que será el ganador final, como parte de sus últimos esfuerzos para revertir los resultados electorales a su favor.
El magnate viajó a Georgia para hacer campaña a favor de los candidatos republicanos Kelly Loeffler y David Perdue, que compiten contra los demócratas Jon Ossoff y Raphael Warnock para el Senado local en la segunda vuelta el próximo 5 de enero, en una elección con gran relevancia a escala nacional.
“Vamos a ganar estas elecciones”, insistió Trump ante cientos de seguidores en el aeropuerto de la ciudad de Valdosta en su primer mitin pos-electoral tras su derrota ante el demócrata Joe Biden. “Está amañado”, añadió respecto al proceso electoral que dio la victoria a su contrincante, aunque no brindó pruebas.
Pese a los crecientes casos de coronavirus en todo el país, pocos asistentes al mitin portaban cubrebocas y muchos no respetaron las medidas de distanciamiento social. Todos coreaban al presidente: “¡Cuatro años más!”
Las contiendas locales determinarán qué partido controla el Senado. Los demócratas, que ya tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, deben ganar ambos escaños para tener el dominio. Si los republicanos ganan uno, mantendrán su mayoría y podrán bloquear gran parte de la agenda legislativa de Biden.
“De manera muy simple, usted decidirá si sus hijos crecen en un país socialista o en un país libre”, dijo Trump y agregó: “De alguna manera eso no le sienta muy bien a Georgia”. Destacó que los votantes en el estado “determinarán qué partido dirige cada comité, redacta cada artículo legislativo, controla cada dólar del contribuyente”.
En el acto participó su esposa, Melania Trump, para pedir al electorado: “No permitan que sus voces sean silenciadas. Debemos mantener nuestros escaños en el Senado”.
Biden aseguró que visitará Georgia para hacer campaña por los candidatos demócratas, pero no dio una fecha.
Horas antes del mitin, Trump llamó al gobernador de este estado del sur, el republicano Brian Kemp, para presionarlo a convocar a una sesión legislativa especial con la finalidad de revertir los resultados locales y designar electores que respaldarían al presidente en el colegio electoral.
El gobernador se rehusó, de acuerdo con un funcionario de Georgia enterado de la llamada. Una persona cercana a la Casa Blanca que fue informada sobre el asunto verificó esa respuesta en la conversación. Ambas fuentes hablaron con la prensa bajo condición de anonimato.
Según un tuit del gobernador, Trump también le solicitó que ordenara una auditoría de las firmas en los votos en ausencia de la contienda presidencial en su estado, una medida que Kemp no puede realizar al no tener autoridad para interferir en el proceso electoral y favorecer al mandatario.
“Su gente se niega a hacer lo que usted le pidió”, tuiteó el magnate, como si hablara con Kemp. “¿Qué ocultan? Al menos pida inmediatamente una sesión especial de la legislatura. Eso pueden hacer fácil e inmediatamente”, apuntó.
Biden se convirtió en el primer candidato presidencial demócrata que gana en el estado sureño desde 1992 por unos 12 mil votos. Los recuentos estatales, incluida una revisión minuciosa a mano de unos 5 millones de papeletas, no arrojaron irregularidades.
El equipo de campaña del presidente informó el viernes que presentó una demanda en un tribunal estatal de Georgia que busca invalidar los resultados de las elecciones presidenciales allí, la cual incluirá declaraciones juradas de residentes que alegan fraude.
El equipo de Trump ha presentado una serie de demandas en todo Estados Unidos en un intento desesperado por convertir en una victoria su derrota. Casi todas han sido rechazadas por los tribunales.