San Cristóbal de Las Casas, Chis., La sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), adherida a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), condenó la represión policiaca de que fueron víctimas, la noche del viernes, estudiantes de la Escuela Normal Rural de Mactumatzá y desplazados de Chenalhó que habían bloqueado las entradas y salidas del palacio de gobierno, en Tuxtla Gutiérrez.
“Los únicos delitos de los estudiantes son ser pobres, indígenas, hijos de campesinos y, sobre todo, levantar la voz contra los tiranos para exigir lo que por ley les pertenece”, comentó la CNTE en un comunicado.
Manifestó que “las demandas que han orillado a los estudiantes a salir a las calles ante la política de oídos sordos del gobierno estatal son la construcción y reapertura del sistema de internado, aumento al presupuesto de la institución, no al recorte de las matrículas escolares, contratación de personal docente, administrativo y manual”.
Durante una marcha, en la que participaron unas 300 personas, los normalistas reiteraron la tarde de este sábado que seguirán exigiendo que se cumplan sus demandas. “No nos vamos a retirar de este movimiento por la represión” del viernes que dejó “tres alumnos hospitalizados”.
Mientras, la Fiscalía General del Estado informó que inició una carpeta de investigación por “los hechos violentos cometidos por un grupo de jóvenes encapuchados la noche de este viernes en el palacio de gobierno”.
“No se satisfarán chantajes de jóvenes”
El gobierno estatal, al defender el desalojo, afirmó que “no caerá en actos de corrupción para satisfacer chantajes de jóvenes que se disfrazan de estudiantes, pero en la práctica actúan como viles delincuentes”.
Sostuvo que “nada por la fuerza ni por la vía de la ilegalidad, mucho menos cuando se comportan como delincuentes y ponen en peligro la integridad de la población”, ya que “por más de 8 horas, estudiantes mantuvieron retenidos a alrededor de 400 trabajadores de palacio de gobierno, así como a ciudadanos que realizaban algún trámite en el inmueble, a pesar de las múltiples mesas de diálogo que ha generado este gobierno para atender las legítimas demandas.
“Como verdaderos delincuentes, los manifestantes sometieron a mujeres embarazadas, adultos mayores, personas diabéticas, hipertensas, todos sin acceso a sus medicamentos porque los tenían en sus respectivos domicilios”, además de que “estuvieron sin comer por largas horas, mientras los normalistas mostraban cerrazón e intolerancia al diálogo, y no liberaron ningún acceso del edificio hasta que fueron desalojados por los cuerpos de seguridad”.