Un año después de altibajos emocionales e incertidumbre, Lupita Martínez regresa a defender su título mundial supermosca del CMB el 12 de diciembre. Enfrentará a Lourdes Juárez, hermana menor de la Barby, en unos estudios de televisión en la Ciudad de México para tratar de salvar un periodo complejo y adverso.
“Si peleo al menos una vez en este año no me sentiré tan mal”, evalúa la campeona.
Había planeado tres defensas este 2020. Lo que vivió, como tantos, fue el encierro ante la pandemia y la zozobra de no poder trabajar y recibir ingresos para sostener a sus dos hijos.
“Tuve momentos de mucha angustia por el futuro, sin trabajar, pero salí adelante”, relata; “la preparación fue muy complicada porque ahora además debo estar al tanto de mis dos hijos en sus clases virtuales. A veces debo elegir entre una videollamada de padres de familia o entrenar en el Otomí. Y pues soy campeona mundial, no puedo descuidar mi oficio”.
Hace unas semanas la retadora Lourdes Juárez acompañó a su hermana la Barby durante aquel episodio donde la veterana acusó a su contrincante, Yuliahn Luna, de alterar los guantes. No hubo pruebas y todo quedó en declaraciones sin fundamento. Ese capítulo no le preocupa a Martínez; no teme que pueda repetirse en su pelea.
“Después de lo que pasó con Mariana Juárez, seguro estarán vigilando mucho mi vendaje y guantes”, piensa Lupita; “me parece bien. Aún está fresco el episodio, pero yo no tengo nada de qué preocuparme sobre esos temas. Yo sólo estoy concentrada en defender mi patrimonio”.
Martínez siempre antepone a sus dos hijos como prioridades. Si defiende con coraje su campeonato es porque considera que protege la estabilidad de su familia.
“Lourdes viene a invadir mi división”, agrega; “ella no tiene nada que perder. Yo, en cambio, soy la campeona y el título es lo que me permite sacar adelante a mis hijos”.