El espacio cultural y gastronómico La Bota convoca a hacer realidad un nuevo lema: “Antes del fin del mundo, escribiremos otro”. Como parte de esta misión, hace un llamado a unirse a la Operación Comida Navideña para donar y distribuir alimentos en esta época, atravesada también por una severa crisis sanitaria que ha ocasionado pérdidas en todos los sentidos.
Desde hace 15 años, La Bota nació como centro cultural, ratificaron en entrevista su fundador, el poeta Antonio Calera, y Melisa Arzate, coordinadora de proyectos artísticos y culturales. No sólo se trata de un restaurante, también es centro cultural; editorial, con cuyo sello Mantarraya se han publicado 80 libros, y La Chula, foro móvil con el que se ha distribuido poesía por toda la ciudad. “La comida y la cultura en esta casa van de la mano”, expresa Calera-Grobet.
Una de las vocaciones que han dado identidad a La Bota es la acción, comentan, como la donación y respuesta rápida en sucesos como sismos o inundaciones, así como actividades constantes que involucran a la ciudadanía, porque es la manera más alta de hacer cultura y la forma más bella de poesía: hacer con el otro, entregarse y reconocerse.
Considera que “la sociedad está poco dispuesta al cometido social; estamos acostumbrados a hacer revoluciones desde el teclado.
“Queremos ver qué sucede en nuestro gremio cultural con esta petición y ver que juntos asistimos a un grupo más afectado. La operación es un experimento social para calibrar nuestra noción de misericordia y de apoyo al más necesitado, en una ciudad con números altísimos de pobreza extrema.”
La Bota recibirá alimentos enlatados, leche y galletas, vasos, servilletas y demás objetos para distribuir la comida, así como ropa limpia y cobijas, juguetes y calzado para niños. El centro de operaciones se estableció en la hostería, ubicada en San Jerónimo 40, en el Centro Histórico. También pone a disposición el correo culturalabota@gmail.com para mayor información.
En la charla con La Jornada ambos promotores culturales opinaron que también es importante la parte médica, los hospitales, los respiradores, las pruebas que se aplican, pero que no podemos perder de vista que todo este proceso tan duro en el que llevamos ya metidos varios meses ha dejado un empobrecimiento absoluto en toda corteza social.
“Sentimos que el gremio cultural se ha limitado a ensimismarse, ver solamente la desgracia de que se disminuyeran fomentos, becas y apoyos, sin darnos cuenta de que hay una realidad aún más dura, de gente que se quedó sin vivienda y trabajo, o que se ha expuesto al contagio y perdido hasta dos o tres familiares, en un duelo no sólo de cifras, sino moral, que no podemos olvidar si nos decimos humanistas”.