París. Una jornada de manifestacionesen Francia por la defensa de los derechos sociales y de las libertades acabó este sábado salpicada de incidentes, en particular en París, con coches incendiados, escaparates destrozados y decenas de detenidos.
Las protestas reunieron a 52.350 personas en unas 90 manifestaciones todo el país, según el ministerio de Interior, que informó de 64 detenciones y ocho policías heridos.
Francia vive un clima político tenso en plena pandemia del coronavirus. Un proyecto de ley gubernamental, de "seguridad global", que quiere restringir la toma de imágenes de policías, moviliza a la oposición de izquierda desde hace semanas.
A esa movilización, salpicada de incidentes de violencia policial que han provocado indignación, se ha añadido la precariedad social, con el aumento de del desempleo y la pobreza.
En París, la marcha de unas 5.000 personas comenzó en el norte de la capital, bajo un gran dispositivo de seguridad, una semana después de una protesta que acabó igualmente con violentos enfrentamientos.
Se lanzaron proyectiles contra las fuerzas de seguridad, que respondieron disparando gases lacrimógenos, constataron periodistas de la AFP.
Treinta personas fueron detenidas, según el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que hizo referencia en su cuenta de Twitter a "individuos muy violentos".
"Los alborotadores están rompiendo la República", tuiteó el ministro. "Apoyo a nuestros policías y gendarmes, nuevamente atacados muy violentamente", agregó.
Entre "400 y 500 elementos radicales", indicó una fuente policial, cometieron numeroso daños.
"Todo el mundo odia a la policía", "anti, anti, anticapitalistas", corearon algunos participantes. También se montaron barricadas y prendieron fuego algunas.
Los altercados fueron igualmente graves en Nantes (oeste), donde dos policías resultaron heridos, uno de ellos por un cóctel molotov, durante una manifestación de 3.000 personas. La situación seguía siendo tensa en el centro de la ciudad por la tarde, según un fotógrafo de la AFP.
Derechos sociales y libertades
El polémico proyecto del gobierno del presidente Emmanuel Macron prevé restringir fuertemente la difusión de imágenes de policías, lo que sus detractores consideran como un golpe "a la libertad de prensa, a la libertad de expresión y a la libertad de manifestación", y va a instaurar "herramientas de vigilancia masiva".
Además de la brutal paliza propinada al productor negro, por la que tres policías fueron inculpados, otro episodio de violencia policial, la evacuación de un campo de migrantes en el centro de París, también generó controversia.
"En dos años he visto mucha violencia, no es normal que no podamos filmar", declaró a la AFP Nadine, una "chaleco amarillo", movimiento de protesta social surgido a finales de 2018.
'Gran mentira'
Estas manifestaciones tienen lugar al día siguiente de una entrevista del presidente francés con el portal en línea Brut, muy seguido por los jóvenes, para intentar calmar la situación.
Acusado de multiplicar las medidas "liberticidas", Macron denunció una "gran mentira".
"No puedo permitir que se diga que estamos reduciendo las libertades en Francia", afirmó. "No somos Hungría ni Turquía", declaró.
El presidente francés denunció además tanto la violencia de algunos policías como las cometidas contra las fuerzas de seguridad.
Macron explicó igualmente que quiere abordar la cuestión de los controles discriminatorios, y prometió el lanzamiento en enero de una plataforma nacional para señalar discriminaciones. Paralelamente se generalizarán las cámaras para los agentes.