Bruselas. Una semana de intensas conversaciones comerciales entre Gran Bretaña y la Unión Europea (UE) terminó en punto muerto ayer, al dar los negociadores un paso atrás mientras los políticos deciden si se pueden salvar las diferencias importantes para evitar una ruptura desordenada y económicamente perjudicial en menos de un mes.
El principal negociador de la UE, Michel Barnier, y su contraparte británico, David Frost, acordaron “pausar” las negociaciones comerciales, e indicaron que el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, analizarán el estado de las negociaciones el sábado.
“Después de una semana de intensas negociaciones en Londres, los dos negociadores principales acordaron hoy (ayer) que no se cumplen las condiciones para un acuerdo, debido a divergencias significativas en la igualdad de condiciones, la gobernanza y la pesca”, dijeron Frost y Barnier en un comunicado conjunto.
Las conversaciones han fluctuado entre avances y retrocesos durante toda la semana, con los equipos de Barnier y Frost enclaustrados en un centro de conferencias de Londres.
El secretario británico de Comercio, Alok Sharma, admitió que las conversaciones estaban “en una fase difícil”, al tiempo que Francia advirtió que podría vetar cualquier acuerdo que no le guste. Funcionarios británicos informaron a los medios de comunicación que la UE retrasó las negociaciones al hacer exigencias de último momento, acusación que el bloque negó.
Gran Bretaña abandonó la UE este año, pero sigue formando parte de la comunidad económica de 27 naciones durante una transición de 11 meses. Mientras tanto, las partes intentan negociar un nuevo acuerdo de libre comercio que entrará en vigor el 1° de enero. Cualquier acuerdo requiere la aprobación de los legisladores de ambas partes antes de fin de año.
Las conversaciones se han prolongado al vencerse un plazo tras otro. Primero, el objetivo era lograr un acuerdo para octubre, y luego a mediados de noviembre. El domingo, Gran Bretaña dijo que las negociaciones estaban en su última semana.
Un acuerdo comercial permitirá que los bienes se muevan entre Gran Bretaña y la UE sin aranceles ni cuotas después de que acabe este año, aunque aún habrá nuevos costos y trámites burocráticos para las empresas a ambos lados del Canal de la Mancha. Si no hay acuerdo, el Año Nuevo traerá consigo enormes trastornos, con la imposición de aranceles y otras barreras comerciales de la noche a la mañana entre los dos socios. Eso perjudicará a ambas partes, pero la carga recaerá sobre todo en Gran Bretaña, que realiza casi la mitad de su comercio con la UE.