El inicio del programa de vacunación contra el Covid-19 en las próximas semanas no implica la disminución del riesgo para la población en general. Si se mantiene un esquema muy intenso y eficaz de aplicación, el peligro comenzará a disminuir en México pasado el primer semestre de 2021, explicaron ayer especialistas universitarios.
Samuel Ponce de León, coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que se espera un invierno muy difícil.
Señaló que el efecto de la inoculación en el país se dará cuando la haya recibido 60 por ciento de la población, es decir, unos 80 millones de habitantes. “El mensaje es que es muy bueno poner las vacunas, pero esto no implica que el riesgo disminuya ahorita, sino que tenemos que seguir manteniendo las precauciones”, enfatizó.
En su opinión, este invierno será muy complicado, por la llegada del frío y la temporada de influenza, que se conjugarán con la pandemia. “Vamos a enfrentar tasas de contagios muy altas, hospitales con mayor saturación. Por ello debemos mantener las precauciones en el mayor nivel posible”.
Deben seguir vigentes las medidas de distancia social, uso del cubrebocas, lavado de manos y no participar en grandes reuniones. “No se puede pensar que porque ya hay vacuna podemos irnos a las posadas”.
María de Lourdes García García, subdirectora de Prevención y Vigilancia en Enfermedades Infecciosas en el Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública, señaló que si bien México tiene la capacidad de aplicar millones de dosis anualmente, lo cierto es que “tenemos un programa nacional de salud debilitado”.
Según datos oficiales, “en los años recientes hemos visto disminuciones de la cobertura de distintas vacunas. Así, por ejemplo, sólo uno de cada tres niños tiene su esquema completo de vacunación”.
Mauricio Rodríguez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM y vocero de la comisión universitaria, explicó que las vacunas aprobadas en el mundo y las que llegarán a México son de emergencia y previsiblemente en el país se aplicará primero al personal de salud y otros grupos restringidos, por lo que no tendrán impacto en la disminución del riesgo para la población en general.