Ciudad de México. Acciones emprendidas por el actual gobierno permitieron enfrentar la estructura financiera de varias de las principales organizaciones criminales que operan en México. Se trata de un cambio “radical” en el combate a la delincuencia organizada, respecto de lo hecho anteriormente, cuando se atacaba al narcomenudeo y al sicariato, expresó Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
“Encontramos que había una política de combate a la delincuencia organizada basada en la persecución de los líderes y, en alguna medida a nivel local, en el ataque a los narcomenudistas y a los sicarios”, sostuvo en una entrevista con La Jornada. Sin embargo, precisó, no había una política para desmantelar las estructuras financieras de los grupos delictivos.
“Hoy la posición del Presidente es muy clara: necesitamos generar un tránsito hacia la paz sin caer en nuevos actos de violencia. Y la única forma de hacerlo es atacando al sicariato, por supuesto, pero se requiere atacar la corrupción política que protege a los grupos delincuenciales, sobre todo en los ámbitos locales.
“No se puede explicar el surgimiento de grupos delictivos en Tamaulipas, Guanajuato o Michoacán sin la aquiescencia de gobiernos municipales o el apoyo de los espacios estatales de poder.
“Lo mismo hay que atacar la corrupción judicial, ministerial y policial que le da cobijo jurídico, un halo de defensa a partir del no ejercicio de la acción penal, y los juicios de suspensión en materia de amparo a los delincuentes.”
Nieto Castillo apuntó: “ese es el nuevo enfoque que tiene la UIF, utilizar la inteligencia financiera para desmantelar a las estructuras financieras de grupos delictivos, llámese delincuencia organizada o corrupción política.
–¿Se está desmontando esa estructura financiera, hay avances?
–Sí, por supuesto. Lo hemos hecho a partir de una metodología de integración de información.
“Primero, con el cártel de Sinaloa, a partir de los hechos de Culiacán (El 17 de octubre el gobierno federal decidió liberar al narcotraficante Ovidio Guzmán, con el argumento de evitar la muerte de civiles). Se generó un equipo con el Sistema Nacional de Inteligencia, la Secretaría de Defensa, la Secretaría de Marina e inclusive con la DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos) para tener información respecto a los posibles operadores financieros del cártel de Sinaloa y encontramos bastantes temas.
En esta parte, agregó el titular de la UIF, se logró que las cuentas bancarias de 330 personas fueran congeladas y lo mismo se hizo después con 99 personas físicas y morales relacionadas con el cártel Santa Rosa de Lima, organización criminal con base en Guanajuato. Una acción similar, añadió, fue realizada con el cártel Jalisco Nueva Generación; ahí fueron mil millones de pesos congelados a mil 968 personas físicas y morales. Y, finalmente, hubo una operación de bloqueo de activos financieros a los grupos criminales cártel de Tláhuac, Unión Tepito y Anti-Unión Tepito y, en general, con 14 grupos delictivos en la Ciudad de México, lo que dio como resultado, en ese solo acto, el congelamiento de cuentas por 475 millones de pesos.
“Creo que la estrategia es útil, finalmente permite que ese dinero no siga circulando, no pague la nómina de sicarios, de narcomenudistas y eso ayuda al conjunto de la sociedad mexicana.”
Hasta ahora, comentó, la Unidad de Inteligencia Financiera ha bloqueado más de 31 mil cuentas, 12 mil en 2019 y el resto este año, relacionadas, particularmente, con asuntos delictivos del cártel Jalisco Nueva Generación y la Unión Tepito.
“Creo que el análisis cuantitativo es relevante, pero lo que más me interesa a mi es el cualitativo. Es importante avanzar para encontrar los espacios donde la delincuencia y la corrupción política han hecho mayores estragos y por supuesto sancionar y llevar ante los tribunales a las personas responsables de estos actos.”
Al congelamiento de activos financieros añade la presentación de denuncias. La UIF presentó 161 en 2019 y lleva 113 en 2020. Son los dos años en que se han presentado más denuncias desde que la UIF comenzó a funcionar en 2004.
“Hoy en día tenemos un diálogo permanente con Estados Unidos y Canadá respecto del tráfico de estupefacientes. Generamos tipologías, intercambiamos información y generamos actos conjuntos. El día de ayer (miércoles) acabamos de emitir un acuerdo de un bloqueo de cuentas de un lugarteniente del cártel de Sinaloa, originario de Badiraguato, quien era uno de sus operadores financieros, esto de manera conjunta con la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos (OFAC, por sus siglas en inglés).
“Creo que es importante empezar a extinguir el dominio de los bienes relacionados con la corrupción. No solamente en México sino también en Estados Unidos y yo creo que ese será el siguiente paso”, subrayó.
–Los grupos que son combatidos a través una mayor vigilancia financiera se están trasladando a otras actividades ¿Los fraudes cibernéticos obedecen a que ya no pueden lavar el dinero proveniente del tráfico de drogas o son fenómenos nuevos?
–No es un fenómeno nuevo, pero sí tiene que ver con el tránsito. Es decir, ha habido un tránsito del delito físico al cibernético a partir del fenómeno de la pandemia y que las personas se encuentran más aisladas y más conectadas a las redes. También hemos visto un fenómeno de incremento en la solicitud de los préstamos fuera del sistema financiero y en el empeño de bienes.
“Esto quiere decir que las personas ya no tienen dinero y están empeñando sus bienes, están pidiendo préstamos fuera del sector financiero, lo cual va a hacer crecer la economía informal y eso es un efecto negativo que se está viviendo no solamente en México, sino en el mundo con motivo de la pandemia”