Reitero lo dicho en esta columna el 4/09/20 sobre AMLO, la 4T y Morena: “Quienes votamos por él, y más aún quienes nos afiliamos a Morena porque pensamos que su gobierno iba a ser de izquierda y que Morena era un partido de izquierda, nos sentimos engañados en ambos casos. Si bien es cierto que la política es el arte de lo posible, son muy diferentes los conjuntos de posibilidades, en cualquier situación, para quien tiene arraigadas convicciones de izquierda que para quien es un liberal con buen corazón, austero y está lleno de tabúes relacionados con el dinero, los impuestos, la deuda, la ciencia y la importancia de las capacidades humanas de alto nivel”. Continúo por tanto mi convocatoria a formular un programa político para la izquierda partiendo del borrador (desechado por AMLO) de plataforma electoral 2015 para Morena (PE15). La PE15 se encuentra en: https://bit.ly/3j2cG6S ¿Quieres participar en la construcción del programa político para la izquierda? Escríbeme. Sintetizo sus contenidos sobre políticas industrial y energética:
Los gobiernos neoliberales desmantelaron la política que industrializó el país vía la sustitución de importaciones; que multiplicó el PIB manufacturero por 21.1 en 1934-1982. A diferencia de Japón, Corea y Brasil, en México no se fomentó la exportación de manufacturas por lo que nunca contó con financiamiento endógeno de las divisas para la industrialización, que fueron aportadas por la agricultura y el turismo. A partir de 1983, en lugar de corregir esta insuficiencia, se adoptó un programa contraccionista de ajuste macroeconómico, se desmanteló la política industrial y se liberalizó de golpe el comercio exterior, en espera de que las fuerzas del mercado llevaran a la asignación eficiente de recursos enarbolando el eslogan de que “la mejor política industrial es no tener una política industrial”. La tasa de crecimiento del PIB manufacturero se colapsó a 2.4 por ciento anual (versus 6.7 por ciento en el periodo 1935-1982) y el déficit manufacturero de comercio exterior aumentó muy por arriba del más alto del periodo de sustitución de importaciones. Peor aún, se rompieron muchos eslabones de las cadenas productivas y las exportaciones manufactureras perdieron su efecto de arrastre sobre el conjunto industrial. En vez de motor de la economía, las exportaciones manufactureras se convirtieron en una economía de enclave. El empleo manufacturero creció sólo 0.3 por ciento anual de 1983 a 2010 contra 3.9 por ciento anual en 1951-1982. El país necesita, y Morena así lo propone, una política industrial explícita que se proponga: rehacer las cadenas productivas, alcanzar un equilibrio comercial para que las exportaciones financien las divisas para las importaciones, lo que requiere que el fomento de las exportaciones vaya acompañado de la sustitución eficiente de importaciones, y que el empleo vuelva a crecer a altas tasas. Si la reconstrucción de cadenas productivas y el desarrollo de industrias de tecnología avanzada va acompañada por participación creciente de ingeniería nacional, y se asimilan a fondo estas tecnologías, puede retomarse el desarrollo de capacidades productivas, tecnológicas y empresariales que constituyen el auténtico desarrollo económico. Para ello resulta central que las actividades de tecnología avanzada no las lleve a cabo por sí solo el capital extranjero, sino asociado con capital nacional privado o público. La política de comercio exterior debe aprovechar los márgenes de maniobra que dejan la OMC y los acuerdos comerciales a fin de apoyar la planta industrial nacional. La política industrial se apoyará en: 1) instrumentos macroeconómicos generales; 2) políticas de fomento económico general (infraestructura, formación de recursos humanos y de desarrollo de la ciencia y la tecnología); 3) instrumentos horizontales neutrales de fomento manufacturero: incentivos múltiples a la innovación tecnológica y a la transferencia de tecnología; apoyos crediticios con tasas preferenciales; promoción externa de productos nacionales, capacitación empresarial y asesoría; 4) estrategias de desarrollo industrial por ramas, identificando aquellas cuya promoción específica resulten en las mayores contribuciones en divisas, empleos y desarrollo de capacidades tecnológicas y empresariales; 5) Instrumentos sectoriales de política industrial (protección comercial selectiva temporal, compras públicas, aportación de capital de riesgo por la banca de desarrollo, subsidios, etcétera, que deben graduarse e integrarse en paquetes específicos; 6) Impulsar al desarrollo tecnológico propio.
Los gobiernos neoliberales primero provocaron el deterioro del sector energético público, desplazando y sustituyendo capacidades nacionales de ejecución y desarrollo tecnológico, convirtiendo a Pemex y CFE en administradoras de contratos con particulares. Después privatizaron la electricidad, el gas y el petróleo. En 21 años de proceso privatizador, el capital privado controla 78 por ciento de la generación de electricidad. Mediante contratos de compra venta de energía eléctrica a CFE, el capital privado tiene aseguradas ganancias para los próximos 25 años por un monto de 1.6 billones de pesos. Tenemos las tarifas eléctricas más caras del mundo. La tarifa eléctrica doméstica en México es 79 por ciento más alta que en Canadá y 23 por ciento más alta que en EU. La tarifa industrial en México es 180 por ciento más cara que en Canadá y 156 por ciento más cara que en EU. Las reformas constitucionales y las leyes secundarias de 2013-14, permiten la privatización de toda la cadena petrolera: extracción, transporte, almacenamiento, refinación, comercialización y venta y permiten el despojo de tierras y aguas al establecerse que las actividades del sector energético están por encima de cualquier otra actividad. Las reformas promueven métodos ecocidas como el fracking (fractura hidráulica). El planteamiento central de Morena en materia energética es:
Revertir la privatización. Además, propone: a) Impulsar vigorosamente energías alternativas limpias cumpliendo con nuestra responsabilidad con el planeta y las generaciones futuras, fijando metas ambiciosas de reducción del porcentaje de energía generada por combustibles fósiles para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y, en general, la contaminación de suelos, aire y aguas de nuestro país. En estos proyectos deben considerarse e integrarse a los dueños de la tierra y a la población local. b) Terminar con la privatización de la industria eléctrica, a fin de recuperar la soberanía en la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, y para llevar las tarifas eléctricas a niveles justos y competitivos, se deben bajar las tarifas de electricidad y los precios de los combustibles. c) Prohibir el uso del fracking para la extracción de hidrocarburos. d) Cancelar la contratación a particulares para extraer petróleo, gas o generar energía eléctrica. e) Rescatar para la Nación las instalaciones petroleras cedidas a particulares. f) Reforzar a Pemex y a la CFE con la modernización, rehabilitación y ampliación de sus inversiones productivas.g) Acabar con la corrupción en Pemex y CFE, establecer un sistema de verdadera y total transparencia y democratizar sus sindicatos. h) Urge revisar los contratos de explotación y de servicios en materia de petróleo que se están otorgando y cancelar los que violen la Constitución. i) “Borrón y cuenta nueva” para enfrentar el problema de los rezagos de pagos, deudas y cobros excesivos por parte de CFE. j) Establecer una tarifa social eléctrica justa, de hasta 200 kvh bimestrales para los hogares mexicanos que viven bajo o en el umbral de la pobreza.