San Cristóbal de Las Casas, Chis., El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la asociación Hospitalidad y Solidaridad inauguraron en Tapachula un albergue para atender a migrantes acogidos en México y a extranjeros que solicitan asilo en la frontera sur del país.
El edificio para refugiados, en el cual se invirtieron 34 millones de pesos y podrá albergar entre 250 y 300 personas, contará con paneles solares y un sistema de recolección de agua.
Mark Manly, representante del Acnur en México, explicó que el proyecto es una suma de esfuerzos colectivos para armar una mejor respuesta humanitaria ante el elevado flujo de personas en la zona. Aseguró que en ese espacio los migrantes recibirán atención integral, incluyendo asistencia legal, sicosocial, acompañamiento ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y, si la autoridad otorga refugio a un extranjero, éste recibirá ayuda para su integración a la sociedad.
Precisó que el inmueble se construyó en el sur de Tapachula con materiales especiales, para aprovechar el viento y tener ventilación natural. Cuenta con huertos para que los refugiados puedan cultivar alimentos, así como con dormitorios para mujeres, hombres, familias, al igual que para integrantes de la comunidad lésbico, gay, bisexual y transgénero.
Según Manly, hasta noviembre pasado más de 36 mil personas solicitaron protección este año ante la Comar, poco más de la mitad de los 70 mil que pidieron ayuda en 2019.
Advirtió que las personas en movilidad podrían aumentar en 2021, pues la pobreza se agudizó en Centroamérica a causa del coronavirus, y desastres naturales como los huracanes Eta e Iota.
A su vez, Alonso Hernández, de la asociación Hospitalidad y Solidaridad, manifestó que en México se incrementaron los desafíos para atender a quienes huyen de condiciones de violencia, principalmente en Centroamérica.
Consideró que el nuevo albergue es un espacio digno para los migrantes que esperan asilo y les brindará atención integral hasta que concluyan ese proceso.
Agregó que Eta y Iota dejaron en América Central 100 muertes y dos millones de damnificados, mientras que la pandemia ha causado más de 260 mil enfermos y al menos ocho mil muertos, lo que incrementará la migración.