Ciudad de México. “Alfonso Romo dejará la coordinación de la Oficina de la Presidencia, pero seguirá siendo mi principal enlace con el sector privado. Lo cierto es que fue funcionario público sólo por tratarse de nosotros. Convenimos que estaría dos años y se cumplió el plazo”, informó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El anuncio de la salida del empresario regiomontano, a cargo además del Consejo Nacional para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, se da después de que se presentó el segundo paquete de inversiones de la iniciativa privada y en medio de la discusión sobre la regulación del outsourcing.
“Poncho está más en mi visión de que lo importante no es el cargo, sino el encargo. Él me ha ayudado y me seguirá ayudando. Es un hombre independiente, honesto, comprometido con las causas justas y además es mi amigo”, indicó el mandatario en redes sociales.
“Nunca olvidaré que fue el primero de los empresarios en adherirse al movimiento de transformación”, agregó. Su acercamiento se dio en 2012 y fue clave para la relación de López Obrador con sectores empresariales. Coordinó el Proyecto de Nación 2018-2024.
El Presidente discrepó de declaraciones de Romo. En mayo de 2019 dijo no coincidir en que la economía “recibió una cachetadita” durante el primer trimestre de ese año. “Yo sostengo que está muy bien la economía”, dijo entonces el mandatario. En febrero pasado, el empresario afirmó estar preocupado por la falta de crecimiento del país, porque la situación podría “dificultar el éxito de la 4T”, y a finales de octubre sostuvo que pese a las coincidencias entre los sectores público y privado, “algo está sucediendo que no nos estamos comunicando bien o no nos estamos escuchando bien; no podemos permitir esto, porque lo que está en juego es mucho: el bienestar de muchos y un gran futuro”.
Apenas el mes pasado, ante el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, aseguró: “no podemos manejar un país que está decreciendo a 9 por ciento como si estuviéramos creciendo a 9”.
Romo tuvo diferencias con Carlos Urzúa, quien renunció a la Secretaría de Hacienda, y también –junto con Víctor Villalobos, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural– con Víctor Manuel Toledo, ex secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
En un audio que se difundió en agosto, Toledo comentó que el empresario adquirió “enorme centralidad y poder dentro del gobierno; es el operador principal para bloquear todo lo que sea en la línea de lo ambiental, de la transición energética de la agroecología, todo el tiempo”. Mencionó que lo convocó a un desayuno con el dueño de Grupo México “para tratar de convencerme de que fuéramos más accesibles” con la empresa.
Antes de ser jefe de la Oficina de la Presidencia, Romo se desempeñaba como presidente ejecutivo de Grupo Plenus, enfocado en agrobiotecnología, biotecnologías sintéticas, educación y servicios financieros, además de presidente honorario de Vector Empresas. Creó Seminis, la firma de semillas vegetales más grandes a escala mundial, que luego adquirió Monsanto; fue inversionista fundador de una compañía hecha por Craig Venter para desarrollar y comercializar tecnologías genómicas sintétizadas y más.
Han renunciado como secretarios de Estado, además de Urzúa y Toledo, Josefa González-Blanco, a Semarnat; Javier Jiménez Espriú, a Comunicaciones y Transportes; Alfonso Durazo, a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana; Germán Martínez, al IMSS; Simón Levy, a la Subsecretaría de Turismo; Asa Cristina Laurell, a la Subsecretaría de Integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud, y Patricia Bugarín, a la Subsecretaría de Seguridad, además de Roberto Ochoa Romero, a la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo de la Fiscalía General de la República.