Río de Janeiro. El asalto a un banco la madrugada de ayer que incluyó toma de rehenes, explosivos y armamento pesado provocó un muerto y pánico entre la población de Cametá, en el norteño estado de Pará, un día después de un atraco similar en otra región de Brasil.
Un rehén murió y otro resultó herido, informaron las autoridades de Pará, que lograron restablecer la normalidad mientras seguían buscando a los ladrones.
Según el gobernador Helder Barbalho, los ladrones “se equivocaron de caja fuerte” y no se llevaron nada del banco de Cametá, ciudad de 130 mil habitantes a orillas del río Tocantins.
Eran más de 20 delincuentes fuertemente armados los que irrumpieron en una sucursal del Banco do Brasil, precisó la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad.
Agregó que “un rehén murió al ser alcanzado por disparos de los delincuentes” y otra persona resultó herida.
Videos en redes sociales mostraron a una docena de rehenes llevados en fila a quienes los delincuentes sacaron de bares ubicados en una plaza de Cametá, mientras se escuchaban disparos de armas de fuego. La prensa local refirió que un ataque a un cuartel de la policía militar impidió la reacción de los agentes.
“Andaban en autos disparando a la policía y a las casas. Era una escena espantosa”, describió el vecino Junior Gaia a la televisora Globo News. “Todos estábamos tendidos en el piso, teníamos miedo de que entraran a las casas”.
Tras la fuga de los delincuentes, la policía encontró una camioneta con explosivos abandonada en una carretera cercana.
Este robo ocurrió un día después de un atraco similar en Criciúma, ciudad del sureño estado de Santa Catarina, en el cual 30 hombres asaltaron una sucursal bancaria a la cual ingresaron con explosivos y armas largas, y también tomaron rehenes provocando heridos pero sin víctimas fatales.
“Ambos son asaltos muy bien planeados que requieren meses para contratar a las personas, encontrar los vehículos para la fuga y contactar proveedores de armas”, explicó a la agencia de noticias Afp Guaracy Mingardi, analista de criminalidad y miembro del Foro Brasileño de Seguridad Pública.
Los delincuentes escogen ciudades de medio porte, donde tienen “cierta facilidad para robar una buena cantidad de dinero y huir”, apuntó.
El especialista no ve, sin embargo, conexión aparente entre ambos episodios, como no sea la similitud de un método que tiene precedente en Brasil desde 2016.
Si bien es probable que cuenten con cierto apoyo logístico y material de grandes grupos criminales como el Primer Comando de la Capital, el experto señaló que no son atracos planeados desde dentro de las cárceles o por la cúpula de estas organizaciones.