París. "Un político del progreso y la libertad" y "un gran europeo". Los homenajes afluían este jueves, al día siguiente de la muerte del ex presidente francés Valéry Giscard d'Estaing (1974-1981), quien falleció a los 94 años como consecuencia del Covid-19.
El centrista Valéry Giscard d'Estaing fue hospitalizado varias veces en los últimos meses por problemas cardíacos. Falleció el miércoles en su casa familiar en Authon, en el centro de Francia.
Cuando fue elegido en 1974, con 48 años, era el presidente más joven de la V República.
Durante su mandato hasta 1981 modernizó el país, promulgando importantes reformas sociales: autorizó el aborto y redujo la edad del derecho al voto a 18 años. También fue el primer presidente no gaullista de la V República, después del emblemático general De Gaulle y su heredero político Georges Pompidou.
Era asimismo un ferviente europeo: trabajó con su "amigo" el canciller Helmut Schmidt para mantener en marcha el motor franco-alemán y en la década de 2000 presidió la Convención para Europa con el objetivo de establecer una Constitución europea, una iniciativa que fracasó.
Su interés por los temas internacionales le llevó a fundar el G7, el club de los países industrializados.
El presidente Emmanuel Macron le rindió homenaje, elogiando a un jefe de Estado cuyo "mandato de siete años transformó Francia".
Macron dará un discurso por televisión el jueves por la noche, en el que le rendirá homenaje. Su funeral se celebrará en la más estricta "intimidad", indicó su familia.
Los expresidentes franceses Nicolas Sarkozy y François Hollande también alabaron a su predecesor.
"Valéry Giscard d'Estaing trabajó toda su vida para estrechar los lazos entre las naciones europeas, quiso y logró modernizar la vida política y dedicó su gran inteligencia al análisis de las problemáticas internacionales más complejas", estimó Sarkozy.
Francia "pierde a un estadista que optó por abrirse al mundo", lamentó Hollande.
Giscard d'Estaing rompió con el estilo solemne de sus predecesores e hizo lo posible por acercarse a la gente, invitándose a cenar en casa de ciudadanos de a pie o tocando el acordeón.