Pekín. China presenció el inicio de un inusual juicio por acoso sexual. Una joven, Zhu Xiaoxuan, de 27 años, acusa a una gran estrella de la televisión, Zhu Jun, de querer abusar de ella mientras hacía una pasantía en la televisión pública CCTV.
Entre aplausos, Xiaoxuan expresó la esperanza de que su caso aliente a otras víctimas de violencia de género en el contexto de un sistema que les da escasas opciones para denunciar, pese a que la campaña de lucha contra el acoso sexual ha sido ampliamente reprimida en China, donde el gobierno controla estrechamente los medios de comunicación.
“Ganemos o no, este caso es significativo”, dijo la joven a la Afp, antes de que comenzara la audiencia a puerta cerrada en un tribunal de Pekín. “Si perdemos, los temas que hemos planteado pasarán a la historia. Alguien tendrá que responder”, agregó.
El primer código civil del país, aprobado en mayo pasado, amplió la definición de acoso sexual, pero muchas víctimas siguen dudando de presentar una denuncia y es raro que un caso tan emblemático llegue a la justicia.
Xiaoxuan relató a la Afp que ella y Jun se habían encontrado a solas en un vestuario en 2014. Jun le preguntó si quería seguir trabajando para la cadena, antes de manosearla.
Zhu Jun es un presentador famoso en ese país asiático por haber organizado, entre otras cosas, la velada de gala del Año Nuevo Chino, programa considerado como uno de los de más audiencia en el mundo.
El demandado rechazó la acusación y demandó a Xiaoxuan por difamación.
En tanto, ella exige que Jun le pida una disculpa pública y una cantidad aproximada de 7 mil 600 dólares por daños.
Afuera del tribunal, la policía intervino para dispersar a un centenar de manifestantes que acudieron a apoyar a la demandante con pancartas donde se podía leer “Abajo el acoso sexual” o “#MeToo”.
El movimiento #MeToo despegó en China cuando en Pekín una estudiante universitaria acusó públicamente a su profesor de abuso sexual.
Esta protesta global ha alentado el activismo en China, pero en momentos en que el gobierno del presidente Xi Jinping ajusta los controles y reprime el disenso.
Las mujeres que denuncian enfrentan censura y presiones. El movimiento ha obtenido escasas victorias y fue apenas en 2019 cuando se sumó el acoso sexual como fundamento para iniciar una demanda.
En una de las escasas victorias, una mujer que usó el alias Liu Li ganó una demanda contra su antiguo jefe en julio.
Éste, en la ciudad occidental de Chengdu, tuvo que disculparse públicamente; sin embargo, esa fue la única pena.
La policía se llevó a videógrafos de agencias noticiosas extranjeras poco después de que Xiaoxuan efectuara su declaración. El motivo no fue claro.