A pesar que durante el sexenio pasado la población en edad escolar disminuyó tanto en términos absolutos como relativos, tendencia que se mantendrá en la actual administración, con una reducción anual estimada en 0.4 por ciento de la población escolar, aún se enfrentan múltiples desafíos para garantizar el acceso al derecho a la educación, principalmente en poblaciones vulnerables, como alumnos con discapacidad, migrantes e indígenas.
El informe “Indicadores nacionales de la mejora continua de la educación en México 2020. Principales hallazgos”, elaborado por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), destaca que uno de los grandes desafíos del sistema educativo nacional “es reducir las brechas entre distintos segmentos de población, principalmente quienes viven en localidades apartadas y dispersas o enfrentan situaciones de vulnerabilidad por diversas circunstancias”.
Diferencias por entidades
Detalla que en cada estado la población objetivo “no es homogénea ni tampoco las condiciones socioeconómicas que la rodean”, por lo que propone estrategias diferenciadas que prioricen a los sectores de mayor vulnerabilidad, pero de acuerdo con sus condiciones, características y necesidades.
El documento, que aborda temas desde la organización y dimensión del sistema educativo, estudiantes, directivos y docentes, así como la formación inicial de docentes, las escuelas y su infraestructura, entre otros, subraya la realidad mexicana “que obliga al Estado a considerar como factor sustantivo en los planes y programas de estudio, la situación desigual de niños, familias y comunidades, a fin de desarrollar modelos educativos incluyentes y pertinentes”.