La Habana. El gobierno cubano acusó al saliente mandatario Donald Trump de montar una “provocación” al apoyar a activistas que se atrincheraron en una casa la semana pasada, quienes fueron desalojados por violar las normas sanitarias por el Covid-19, a lo que siguió una manifestación frente al Ministerio de Cultura el pasado fin de semana.
“Estas personas son producto de la actividad subversiva de Estados Unidos”, señaló la noche del lunes el director general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, en entrevista para la televisión estatal. “Algunos de ellos reciben financiamiento y orientaciones de Estados Unidos”, agregó.
Fernández indicó que el sábado por la noche fue convocado el encargado de negocios estadunidense, Timothy Zúñiga-Brown, para presentar una queja formal al Departamento de Estado.
La televisión mostró imágenes del diplomático estadunidense tratando de rebasar el control policial que se instaló en la esquina de la sede del Movimiento San Isidro, que se atrincheró ahí y exigió en un principio la liberación de un colega preso por insultar a un policía, pero que luego fue sumando más peticiones.
Luego de que los activistas del Movimiento San Isidro fueron desalojados por la policía el jueves por la noche, decenas de jóvenes se concentraron afuera del Ministerio de Cultura, donde fueron recibidos.
Las autoridades de la isla acusaron al Movimiento San Isidro de haber sido parte de una provocación de Estados Unidos en el contexto de más de seis décadas de sanciones que se endurecieron durante la administración del saliente jefe de la Casa Blanca.
“Esta fue la tercera visita que Zúñiga-Brown realiza al barrio de San Isidro, cuando su embajada y él sabían que ahí se estaba gestando una provocación política por un grupo de individuos”, aseguró Fernández de Cossío.
Un tuit publicado en la página de la embajada de Estados Unidos en Cuba la semana pasada mencionaba que era “indignante” que no se dejara al encargado de negocios visitar al Movimiento San Isidro, pero no se especificó que Zúñiga-Brown había tratado de ingresar.