Unión Hidalgo, Oax., Cuidar y conservar el río Espíritu Santo en Unión Hidalgo, Oaxaca, es una labor invaluable para Víctor Fuentes, activista comunitario quien cumplió 15 años en la defensa del cauce, el cual está contaminado en más de 50 por ciento, principalmente por residuos sólidos que vecinos aledaños le arrojan.
Para celebrar estos 15 años de defensa y resistencia del río Espíritu Santo, Fuentes programó un “Tequio por el río”, en el cual, además de limpiar los diversos espacios, también compartieron alimentos que fueron donados por Fito Gueza a través de la asociación civil Ra racadxiiña’.
Víctor, quien dedicó más de 30 años a la educación primaria, es actualmente dueño de la galería de arte independiente Gubidxa y también escritor en su lengua indígena, el zapoteco; no se considera ecologista, pero sí defensor del río desde 2005, cuando decidió hacer un alto a sus actividades personales y luchar para que las aguas del cauce que atraviesa su localidad sean saneadas.
“Todos veíamos que estaba contaminado, pero nadie se atrevía a defender el río, la mayoría vivimos enfocados a las cosas materiales y nos olvidamos de aquello que nos da vida, como es el agua, por lo que emprendí este reto conjuntamente con un grupo de amigos a fin de hacer conciencia”, comentó.
Para llevar a cabo esta tarea, Víctor Fuentes promueve el tequio, una práctica comunitaria en la cual ha encontrado respuesta de la ciudadanía, principalmente de jóvenes y adultos mayores, quienes dos veces al mes se reúnen y limpian el río.
“Este tequio lo hacemos para que la gente llegue y se relacione con el río, que sepan que cuidamos a un ser vivo que nos da la vida y que lamentablemente se está muriendo por nuestras malas acciones, así que resistimos, no nos queda de otra”, expresó.
En Unión Hidalgo no existe un espacio para depositar los desechos sólidos, no hay un basurero municipal y tampoco planta de tratamiento de aguas residuales; los vecinos de la ribera del río usan el espacio para quemar, tirar basura y arrojar sus aguas contaminadas.
Además, tampoco existe un rastro para que los vendedores de carne puedan depositar los desechos, por lo que la única opción es el río Espíritu Santo.