París. El gobierno francés decidió eliminar un polémico proyecto de ley que habría limitado el derecho a grabar a los policías en acción, informó ayer el líder del partido La República en Marcha (LaRem), del presidente Emmanuel Macron.
El proyecto será reformado por completo y se presentará una nueva versión, indicó en rueda de prensa Christophe Castaner, jefe del partido en el Parlamento.
Explicó que la decisión se tomó debido a la incomprensión suscitada no sólo entre periodistas, sino entre la población en general, y admitió que “persisten las dudas”, por lo que la mayoría oficialista va a enfocarse en subsanarlas.
La polémica iniciativa de ley estipulaba que publicar fotografías de los agentes en acción con el objetivo de perjudicar el bienestar físico o mental de los mismos podría ser penado hasta con un año de cárcel y multa de 45 mil euros. La Asamblea Nacional ya aprobó la ley de seguridad la semana pasada y el texto se encuentra actualmente a debate en el Senado.
El anuncio se dio a conocer después de una reunión de Macron con el premier Jean Castex, y los ministros del Interior, Gérald Darmanin, y de Justicia, Eric Dupond-Moretti, con los líderes parlamentarios de los partidos de la mayoría oficialista Christophe Castaner, Patrick Mignola y Olivier Becht, en el palacio del Elíseo.
Alrededor de 130 mil personas, según el Ministerio del Interior, y 500 mil, de acuerdo con los organizadores, marcharon el sábado pasado en la capital y en calles de Lille, Rennes, Estraburgo, Burdeos y Montpellier, en rechazo a la polémica iniciativa de ley.
En París, al final de la movilización grupos de encapuchados se enfrentaron a la policía con saldo de al menos 37 uniformados heridos, y más de 80 detenidos.
El gremio de periodistas manifestó su temor de que con esta nueva ley se les prohibiera filmar o fotografiar las acciones de la policía durante las protestas, restringiendo la libertad de expresión.
En otro orden, cuatro agentes fueron acusados y dos de ellos encarcelados como parte de la investigación abierta por la paliza propinada al productor de música negro Michel Zecler, en París, la semana pasada.
El juez de instrucción acusó a tres de los cuatro policías de “violencia voluntaria por persona depositaria de la autoridad pública” y por “mentir en escritura pública”, como pedía la fiscalía.
Los policías aparecen en un video grabado por cámaras de seguridad del estudio de música de la víctima, donde se ve a los agentes golpeando y profiriendo insultos racistas a Zecler, acto calificado por Macron de “vergonzoso”.
El policía sospechoso de haber lanzado una granada lacrimógena al estudio del músico fue acusado de “violencia voluntaria” contra el productor y otros nueve jóvenes que se encontraban en el sótano.
Los tres principales acusados admitieron ante la policía especial que “los golpes no estaban justificados y que habían reaccionado principalmente por miedo”, según el fiscal. Los acusados invocaron “el pánico” por el sentimiento de estar atrapados a la entrada del estudio.
En cambio, negaron haberle dirigido palabras racistas, como asegura Zecler, quien declaró que lo llamaron “sucio negro”, insulto del que también fue objeto uno de los jóvenes presentes. Los agentes también refutan el carácter “mentiroso de su declaración”.