Las perspectivas de la economía han mejorado con el avance en el desarrollo de vacunas; sin embargo, en México, “la gravedad de la recesión justifica un mayor apoyo a la política fiscal”, recomendó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Sostuvo que en el país “la pandemia provocó un aumento significativo de la pobreza, las desigualdades y las brechas de género”, por lo que, pese al reducido espacio fiscal, se recomienda extender apoyo en ingreso y capacitación a los trabajadores más afectados por la crisis.
En el reporte Perspectivas económicas, liberado este martes, la OCDE mejoró el estimado del producto interno bruto (PIB) en México. En septiembre se proyectó una contracción anual de 10.2 por ciento para todo 2020, que ahora se prevé de 9.2 por ciento.
Agregó que “después de la fuerte caída en 2020”, se proyecta que el próximo año el PIB crezca 3.6 por ciento, también por arriba del 3 por ciento reportado a mediados de agosto, y que en 2022 lo haga a una tasa de 3.4 por ciento liderado por el crecimiento de las exportaciones manufactureras.
Manifestó que el consumo privado se fortalecerá debido a las remesas, un mercado laboral “que mejora lentamente” y el impulso en la confianza que dé el desarrollo y distribución de una vacuna eficaz. Esto frente a una inversión que se mantiene 17 por ciento por debajo de 2019.
El organismo reconoció que las medidas fiscales en México, aunque menores a las de otras economías, “van en la dirección correcta”; entre ellas destacó la reasignación de gasto a salud, préstamos directos, pagos anticipados de pensiones, adelanto de licitaciones públicas y rembolsos del impuesto al valor agregado.
Sin embargo, consideró que se podría necesitar más, al ser México uno de los países con un mayor número de víctimas de Covid-19.
La OCDE recalcó que contener nuevos brotes “sigue siendo la prioridad inminente, que requiere mejoras en las pruebas, el rastreo y el aislamiento, mientras se continúa fortaleciendo el sistema de salud”.
Subrayó que dado el manejo de la deuda pública en los meses recientes dan espacio a un apoyo fiscal adicional, que se dirija a las personas y empresas más afectadas por la pandemia. “Esto puede verse facilitado por ingresos fiscales mejores de lo esperado, gracias a los recientes éxitos de la administración tributaria para combatir la evasión fiscal”, subrayó.
Agregó que los paquetes de infraestructura de la iniciativa privada, que se han acordado con el gobierno, así como tasas de interés más bajas, tendrían que contribuir a la recuperación parcial de la inversión.
A escala global, se prevé que el PIB regrese a niveles previos al pandemia a fines de 2021. En septiembre pasado, la OCDE proyectó una caída de la economía mundial en 2020 de 4.5 por ciento, y ahora la redujo a 4.2 por ciento. Para el siguiente año estima que crezca 4.2 por ciento, un tercio de ese avance será a cargo de China y 3.7 por ciento en 2022.
“Proyectamos que la recuperación será desigual entre países, lo que podría conducir a cambios duraderos en la economía mundial. A pesar de la enorme ayuda de la política e incluso en un escenario alcista, la pandemia habrá dañado el tejido socioeconómico de los países de todo el mundo”, advirtió Laurence Boone, economista en jefe de la OCDE.