La Habana., El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, afirmó ayer que la reciente protesta en La Habana de activistas del Movimiento San Isidro (MSI) es “el último intento” de la administración de Donald Trump “por derrocar la revolución cubana.

“Ustedes saben todo lo que nos han tratado de inventar, nos han montado un show mediático”, dijo Díaz-Canel ante cientos de jóvenes que participaron en un acto “en defensa de la revolución” en un parque de la capital.

Esa protesta fue “el último intento que podían dar los trumpistas y la mafia anticubana (de Miami)”, como parte de “una estrategia de guerra no convencional para tratar de derrocar la revolución”, aseguró el mandatario.

“Ellos tenían en su pronóstico que antes de que terminara el año tenía que caer la revolución cubana, tenía que caer Nicaragua y tenía que caer Venezuela, y se van a quedar con el deseo”, apuntó.

La presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria en la Universidad de La Habana, Claudia Zambrano, de 21 años, una de las oradoras en el acto, expresó: “el diálogo es necesario, pero el camino escogido por algunos es errado”.

Un grupo de 14 personas, miembros o cercanos al colectivo de artistas del MSI, se atrincheró durante 10 días en una casa de La Habana para exigir la liberación de uno de sus miembros, el rapero Denis Solís, condenado a ocho meses de cárcel por “desacato” a la autoridad.

La protesta terminó la noche del jueves, cuando la policía allanó la sede del grupo al señalar que incumplía las normas sanitarias contra el Covid-19 de uno de los presentes, recién llegado de México, a través de Estados Unidos.

El desenlace de la protesta de San Isidro fue el detonante de otra protesta antier de unos 200 jóvenes frente al Ministerio de Cultura. El viceministro de esa cartera, Fernando Rojas, recibió a 30 representantes de los activistas, incluidos varios miembros del MSI, que le presentaron un pliego de demandas por más libertad de expresión y creación.