Los presupuestos de egresos de la actual administración han sido austeros, con pocos recursos, en los cuales 85 por ciento son gastos ineludibles. Se ha privilegiado el financiamiento de los programas sociales y los de infraestructura considerados prioritarios, señalaron especialistas financieros.
Rodolfo de la Torre, investigador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), destacó que en medio de la pandemia de Covid-19 se debe canalizar más presupuesto a la educación a distancia para evitar que se ahonden las desigualdades entre la educación privada y la pública.
Reconoció que esta administración hizo un esfuerzo notable en aumentar el gasto educativo este año, que antes fluctuaba entre 3.2 y 3.3 por ciento del producto interno bruto (PIB), y en 2020 se alcanzó el 3.5 por ciento del PIB.
Retroceso en área educativa
“Para 2021, por desgracia, eso que se ganó retrocede y entonces la educación pierde importancia relativa respecto de otro tipo de gastos en en el panorama general .
“Tenemos que en 2021 habrá un retroceso en el gasto educativo en términos de su proporción del PIB”.
–¿Cuáles han sido estos cambios?
–Fundamentalmente se está gastando más en las personas que en el sistema educativo. Hay un énfasis cada vez más grande en el gasto para ese sector en las becas y cada vez menos en el fortalecimiento integral de la educación.
Un ejemplo de esto lo ofrece el presupuesto 2021 donde se fortalecen sobre todo dos grandes programas: la beca universal para estudiantes de educación media superior Benito Juárez y también las becas de educación básica para el bienestar Benito Juárez. Son las que más aumentan.
Consideró que hay otros aumentos en el gasto educativo, por ejemplo las becas para enseñanza superior Jóvenes Escribiendo el futuro, pero como se puede ver se impulsa que lleguen a los hogares transferencias monetarias que tengan algún impacto. Agregó: “Es un gasto cada vez más pensado en valores individualistas y cada vez menos en una formación integral basada en el sistema educativo”.
En tanto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en la presentación del paquete económico para 2021 precisa que se va a gastar en el sector salud con más recursos humanos y técnicos. Continuarán los programas de bienes-tar, los proyectos de inversión y seguridad pública.
Se mantienen en términos reales los recursos destinados a la educación, con becas y recursos para la calidad del sistema; cultura, ciencia y tecnología y apoyo al campo y empresas.
Enrique Díaz-Infante Chapa, también experto del CEEY, señaló que “cada presupuesto ha sido consistentemente malo”, pues se está destinando mucho a gasto corriente y muy poco a inversión física. Consideró que el que se prevé para 2021 es muy optimista, y alertó sobre próximos recortes, pero la incógnita será conocer dónde se aplicarían los ajustes.
El especialista señaló que es preocupante hacia dónde se están canalizando los recursos, cuyo objetivo es concentrar poder. Es una regresión a un sistema donde se ven programas sociales de corte asistencialista que no buscan formar ciudadanos y en cambio se ofrecen dádivas por lealtad electoral.
Es “instrumento político”
Héctor Juan Villarreal Páez, presidente del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP), señaló que el presupuesto es y siempre será un instrumento político que retrata un proyecto. “Esta tendencia se ha fortalecido”.
Refirió que hay poco margen de maniobra porque los gastos ineludibles, que son pensiones, pago de deuda y su servicio, entre otros, llegan a 85 por ciento y con otras medidas hasta 90 por ciento.
Hacia adelante, dijo, se requiere una reforma amplia y pondría sobre la mesa seis cosas: “obvio, una revisión del pacto fiscal federal profunda. Segundo: qué vamos hacer con Pemex. Tercer punto es qué se hará con las pensiones y esto es una especie de gangrena en el sistema fiscal, muy dañina. Para el próximo año se destinarán un billón 200 mil millones de pesos para cubrir el costo de pensiones.
Cuarto punto es cómo vamos a sostener el sistema de salud pues no hay financiamiento que lo acompañe. Quinto, el país tiene grandes necesidades de infrestructura y no tenemos dinero.
Por ejemplo, 35 por ciento de las escuelas públicas del país tienen carencias de agua y baño. Y un sexto tema es que estamos en una transición demográfica acelerada con una población creciente que demandará servicios, empleo, educación, seguridad, entre otros.
