Ankara. Un tribunal turco sentenció ayer a cientos de militares y civiles a cadena perpetua, tras declararlos culpables de participar en un fallido intento de golpe de Estado en 2016 contra el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.

Un total de 475 acusados –entre los que hay generales y pilotos de aviones de combate de la base aérea de Akinci, en las afueras de Ankara– fueron juzgados en los últimos tres años por dirigir supuestamente la sublevación y por bombardear edificios gubernamentales claves, incluida parte del Parlamento.

El juicio fue uno de los dos grandes procesos contra supuestos miembros de una red liderada por el clérigo Fethullah Gulen, radicado en Estados Unidos y a quien Turquía acusa de orquestar el alzamiento fracasado.

Gulen, quien figuró entre los acusados, ha negado cualquier implicación en la asonada, que causó unos 250 muertos y miles de heridos. Unos 30 golpistas murieron en la rebelión.

La corte condenó a cuatro civiles –acusados de actuar de enlace entre el movimiento de Gulen y algunos oficiales militares– de crímenes contra el Estado, de intentar asesinar al presidente y de 77 cargos de homicidio, y los sentenció a 79 condenas separadas de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Además, 15 militares, incluidos generales de una estrella, recibieron la misma condena.

Los 19 fueron considerados responsables de la muerte a tiros de nueve personas y de 68 que perecieron en ataques aéreos contra la sede del Parlamento, un cuartel de operaciones especiales de la policía, el departamento de policía de Ankara y un área cercana al complejo presidencial de Erdogan.

Otros 337 acusados también fueron condenados a cadena perpetua. El resto recibieron repenas de prisión de entre seis y 16 años. El tribunal absolvió de todos los cargos a 70 de los implicados.

El tribunal falló que Gulen, supuesto líder del movimiento golpista, y otros cuatro acusados todavía buscados por las autoridades turcas, deberían ser juzgados por separado.

Se esperaba que los acusados apelaran los veredictos, que fueron bien recibidos por miembros del partido gobernante de Erdogan.

“Estamos viviendo la alegría de ver a los acusados, que ya fueron juzgados por la conciencia pública, recibir su castigo”, citó la agencia noticiosa estatal Anadolu a la vicepresidenta del partido gobernante, Leyla Sahin Usta, quien agregó: “este es el final de la era de los golpes de Estado en Turquía”.

El macrojuicio, que empezó en agosto de 2017, se llevó a cabo en la mayor sala de audiencias del país, especialmente construida en el complejo penitenciario de Sincan, en la provincia de Ankara.

Pese a la pandemia de Covid-19, muchos familiares de las víctimas se desplazaron hasta el lugar para presenciar la última audiencia.

Al menos 290 juicios relacionados con la intentona golpista han concluido y otros nueve se están llevando a cabo actualmente.

Las oleadas de detenciones persisten hasta ahora, aunque a ritmo menos intenso. Los tribunales han condenado hasta ahora a cerca de 4 mil 500 personas, de ellas a casi 3 mil a cadena perpetua.