Londres. Nile Wilson, medallista de bronce en barra fija en los Juegos Olímpicos de Río 2016, afirmó que los gimnastas británicos, debido a la cultura que existe en ese deporte, “son aún tratados como trozos de carne. Lo describiría absolutamente como una cultura del abuso, y yo lo viví y respiré durante 20 años.
“Es la manipulación emocional, ser empujado por el dolor físico es sin duda algo que yo viví. Yo diría que fui maltratado. Pero queríamos ganar medallas, los dirigentes y entrenadores querían obtener preseas olímpicas”, explicó el gimnasta de 24 años a las BBC.
A comienzos de año, Wilson denunció un altercado con un dirigente durante un acto social en su club de gimnasia de Leeds. Después de una investigación interna la denuncia fue archivada.
“Me dijeron, y lo sentí, que yo era el problema. Tenía la impresión de no ser escuchado, no les importaba”, estimó Wilson.
Según la BBC, el club de gimnasia de Leeds afirmó haber refutado la versión de los hechos del campeón, y que las acusaciones fueron objeto de una investigación “profesional”, y “sólida”, cuyo resultado fue verificado de manera independiente.
Después, Wilson dejó el club de su ciudad natal y reveló sus temores a que la difusión de sus quejas le costase una plaza en los Juegos de Tokio del próximo año.
“Si expreso mi preocupación, eso podría comprometer mi selección para los Olímpicos. La razón por la que hablo es que mi incidente de este año subraya que hay aún muchas cosas por cambiar en la gimnasia y que eso comienza desde arriba".
A finales de julio, Amy Tinkler, medalla de bronce en suelo en Río, criticó a la Federación Británica por la lentitud de su investigación después de una denuncia por acoso interpuesta por la gimnasta en 2019.