
Jueves 24 de abril de 2025, p. 21
Ciudad del Vaticano. Miles de personas llenaron ayer el pasillo central de la basílica de San Pedro para presentar sus últimos respetos al papa Francisco en el inicio del velorio público antes del funeral del Sumo Pontífice.
Unas 19 mil 430 personas visitaron durante el primero de tres días la capilla ardiente de Jorge Mario Bergoglio en la Ciudad del Vaticano.
Los tradicionales nueve días de duelo tras la muerte de un pontífice comenzarán el sábado, el día del funeral y el entierro del pontífice argentino, anunció el Vaticano.
Multitudes de fieles avanzaron lentamente hacia el altar principal de la basílica del siglo XVI, donde el sencillo ataúd de madera de Francisco estaba colocado en una rampa inclinada, mientras cuatro guardias suizos permanecían firmes.
En los próximos días se espera que decenas de miles de personas pasen por la basílica, ya que al cierre de esta edición, el Vaticano anunció que la dejaría abierta después de la medianoche debido a la gran cantidad de fieles. En las primeras ocho horas y media, 19 mil 430 personas rindieron un último adiós al Papa.
Mientras, los cardenales se reunieron en privado para finalizar los preparativos para el funeral del sábado y planificar el cónclave para elegir al sucesor de Francisco.
Jorge Mario Bergoglio murió el lunes a los 88 años, culminando un pontificado de 12 años caracterizado por su preocupación por los pobres y su mensaje de inclusión, aunque también recibió algunas críticas de los conservadores que a veces se sintieron alienados por su tendencia progresista.
La jornada de ayer comenzó con el sonido de las campanas de San Pedro mientras los portadores llevaban el cuerpo de Francisco desde el hotel del Vaticano donde vivía hasta la basílica, en una procesión a través de la misma plaza donde había dado lo que se convirtió en su despedida final. Francisco realizó un recorrido sorpresa en papamóvil entre los fieles el Domingo de Pascua, después de que su enfermero le aseguró que podía hacerlo a pesar de su frágil salud tras una fuerte neumonía.
El cardenal Kevin Farrell, quien administra el Vaticano temporalmente hasta que se elija un nuevo papa, encabezó la procesión por el pasillo central hacia el altar, con nubes de incienso precediéndolo, mientras el coro de la iglesia comenzaba a cantar el himno de la Letanía de los santos. Los cardenales se acercaron por parejas al ataúd, se inclinaron e hicieron la señal de la cruz, seguidos por pequeños grupos de obispos con túnicas púrpuras, ujieres vestidos de negro, sacerdotes y monjas, y luego las puertas se abrieron al público.
Se espera que varios jefes de Estado acudan al funeral de Francisco, pero los tres días de velatorio público en la basílica permiten que los católicos de a pie lloren al papa argentino. El velatorio termina el viernes a las 7 de la tarde, después de lo cual el ataúd de Francisco será cerrado y sellado.
La muerte y el funeral de Francisco dan inicio a un periodo de transición cuidadosamente orquestado en la Iglesia católica, en el que los cardenales se reunirán durante la próxima semana antes de entrar en un cónclave, el ritual secreto de votación en la Capilla Sixtina para elegir un nuevo papa. Hay 133 cardenales menores de 80 años elegibles para votar en el cónclave, luego que dos desistieron por razones de salud, y es probable que el nuevo pontífice provenga de sus filas. No se espera que el cónclave comience antes del 5 de mayo.
El funeral del papa Francisco está programado a las 10 de la mañana del sábado en la plaza de San Pedro, y contará con la asistencia de líderes como el presidente estadunidense, Donald Trump, así como su homólogo ucranio, Volodymir Zelensky.