ngresemos al conjunto de datos actuales mundiales de la Agencia Internacional de Energía (2022), a su ordenamiento por país y sector, preparado gentilmente por Mariana Galicia y José Luis Figueroa, compañeros de las facultades de Economía e Ingeniería de nuestra UNAM.
Además, apoyémonos en la generosidad de la Secretaría de Energía y su renovado Sistema de Información Energética. Sí, para estudiar movimiento y estructura de larga duración del consumo final de energía mundial, regional y por país.
Lo primero. Sorprende un poco una coincidencia de México con el mundo. La electricidad sólo resuelve, la quinta parte del consumo final de energía. De seguir así, se pueden frustrar los esfuerzos de descarbonización. ¿Por qué?, porque se necesita más espacio
para que penetren las renovables y su respaldo. Y porque hoy, efectivamente, el sol calienta el agua y el viento y el agua refrescan y enfrían un poco, pero, fundamentalmente, cada vez más generan electricidad. Y necesitan espacio
para cubrir las metas de descarbonización, con su respaldo necesario.
Para ello deberemos, no sólo sustituir parte importante de la generación fósil, sino incrementar la electricidad en el consumo final, pero con generación renovable creciente. No es sencillo ni el proceso ni los números del mismo, obliga a resolver al mínimo costo la operación y la marcha del sistema eléctrico y a resolver su confiabilidad y su seguridad atendiendo, por el lado de las renovables, al menos siete problemas delicados: intermitencia, volatilidad, necesidad de respaldar sus rampas de ingreso y retiro de la producción agregada, muy alto costo de capital de inicio, consideración de sus emisiones previas y posteriores a su instalación en el sistema de generación (huella de carbono), afectación productiva y financiera de las plantas firmes e imposibilidad de hacer coincidir zonas de producción con zonas de consumo, básicamente.
No olvidemos que sólo la quinta parte de la energía utilizada en usos finales es electricidad. Iluminación y electrodomésticos; calentamiento de agua, cocción y conservación de alimentos; acondicionamiento térmico de hogares, edificios y espacios públicos; manejo de dispositivos industriales, máquinas y equipos; operación de líneas de montaje y robots; coordinación de automatización, control de procesos y manejo de datos; prestación de servicios públicos de iluminación, bombeo de aguas potables y negras; y para sólo indicar unos usos finales más: ordenamiento vial, seguimiento y seguridad en el transporte y, en general movimiento de personas y bienes en vehículos individuales (error histórico) y colectivos.
El resto se atiende con petrolíferos (40 por ciento), gas natural (17), carbón (9), biocombustibles y leña (también 9) y, finalmente, con vapor y calor endógeno (4 por ciento).
Por lo demás, es preciso reflexionar en que los sectores industrial y residencial dependen en prácticamente 30 por ciento de la electricidad. Cada uno. Y por ello, concentran 43 y 27 por ciento de la electricidad consumida en el mundo, respectivamente.
Con un 20 por ciento de ese total, les sigue el sector de comercio y servicios públicos, financieros y sociales, que dependen en 50 por ciento de la electricidad. Sí, son los sectores preponderantes, con 90 por ciento de un total de electricidad mundial que en 2022 era de 30 mil teravatios hora brutos (TWhb). Y que este año llegará a 33 mil TWh, de los cuales casi 80 por ciento son generados con fósiles contaminantes. Lamentable.
Exige entender bien lo que haremos ahora y lo que haremos también después para realmente descarbonizar, asunto vital. De veras.