Capital
Ver día anteriorDomingo 13 de abril de 2025Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
El mundo en un palacio
U

no de los edificios que no es exagerado llamar palacio es el que alberga el Museo Nacional de las Culturas del Mundo. Situado en la calle de Moneda, tiene una historia fascinante, que se remonta a México Tenochtitlan.

El predio era parte de las casas del gran tlatoani Moctezuma, y se dice que ahí estuvieron las llamadas casas denegridas, que eran unos salones pintados de negro, donde el monarca solía recluirse a meditar cuando lo agobiaban los problemas.

A fines del siglo XVI en ese lugar se edificó la Casa de Moneda, un edificio de una sola planta que bautizó la calle. En el XVIII fue reconstruido por el ingeniero Miguel Constanzó, quien diseñó un soberbio palacio en estilo barroco con elementos neoclásicos. La razón fue que se realizó en el momento en que el segundo venía a desplazar al primero.

El enorme patio, con una fuente en el centro, presenta una amplia arcada en sus lados poniente y oriente. En el sur ostenta una enorme portada neoclásica, con la efigie del rey Felipe V.

En 1848 la institución se trasladó al edificio del Apartado, donde desde siglos atrás se separaban los metales, y el inmueble fue ocupado por la Suprema Corte de Justicia y El Archivo General de la Nación, entre otros. En 1868 el efímero emperador Maximiliano instaló ahí el primer museo de América, denominado Museo Público de Historia Natural, Arqueología y de Historia.

Desde 1906 se impartieron cursos de arqueología, lenguas indígenas y etnología, que no se estudiaban en ningún otro sitio. Fue hasta 1931 cuando se abrió una subsección de antropología en la Facultad de Filosofía y Letras.

En 1942, por iniciativa del primer director del INAH, el doctor Alfonso Caso, el Departamento de Antropología se incorporó al recién formado instituto, donde tomó el nombre Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y comenzó a funcionar dentro del museo. Paralelamente, el antiguo edificio de la Casa de Moneda continuaba funcionado como Museo Nacional. Distintos acervos se le fueron agregando a lo largo de los años.

En una ocasión comentamos que no es exagerado llamarle la madre de los museos, ya que de ahí salieron las colecciones para crear los recintos de Historia Natural, que se instaló en la moderna edificación de hierro y cristal que iba ser conocida como Museo del Chopo; el de Historia, que se alojó en el Castillo de Chapultepec; el del Virreinato, en el antiguo convento de Tepotzotlán, y el de Antropología, en su portentosa sede del Bosque de Chapultepec.

Al abandonarlo, estas últimas colecciones y quedar el inmueble vacío, la Secretaría de Hacienda expresó su interés de ocuparlo. Don Eusebio Dávalos, a la sazón director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, concibió la idea de que se sacaran las colecciones de objetos de distintas culturas del mundo que se encontraban en las bodegas, fruto de antiguas exposiciones, y lo convirtió en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo.

Este año cumple 60 de su creación, por lo que se preparan varias actividades. Su dinámica directora, Alejandra Gómez, ha abierto nuevas salas que nos acercan a culturas poco conocidas, como Chipre, Türkiye, Gunadules y Samis, que se suman a las 16 galerías permanentes que custodian colecciones espléndidas de Grecia, Roma, Egipto, El Levante, Mesopotamia y Persia.

En un reciente recorrido de la renovada Sociedad de Amigos del Museo, que preside la arquitecta Maya Dávalos, la directora nos mostró la gran cantidad de piezas originales que custodian.

Esplendorosa, la Sala de China que se divide en tres secciones, que tratan las Creencias tradicionales, el Florecimiento cultural y el Intercambio comercial. Muestra bellas vestimentas, porcelanas y bronces.

En el recorrido se pueden conocer los sistemas religiosos y rituales, la cultura política y administrativa de las distintas culturas. Es muy interesante descubrir sus conocimientos ancestrales en la aplicación de las matemáticas, astronomía, física, literatura, medicina y arquitectura.

La colección del museo esta integrada por alrededor de 17 mil objetos representativos de diversas épocas, de prácticamente todo el mundo, lo que ayuda a comprender la unidad del género humano y su diversidad cultural. Es una visita imprescindible.

La comida de rigor fue en El Mayor, que se encuentra en lo alto de la Librería Porrúa, lo que brinda una vista espectacular del Templo Mayor, la Catedral y el palacio neoclásico del Marqués del Apartado.