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Tratos por país, una trampa

La UE debe responder a Trump con fuerza y en bloque: Francia
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▲ Laurent Saint-Martin, ministro delegado de Comercio Exterior y Franceses en el Extranjero, advirtió que una guerra arancelaria puede causar un desequilibrio económico mundial.Foto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Lunes 31 de marzo de 2025, p. 20

Frente a una nueva oleada de aranceles que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciará el 2 de abril, la Unión Europea debe responder al mismo nivel y unida, sin importar que algunos países se vean afectados en mayor o en menor medida en industrias específicas. Sólo así puede participar (la UE) en una lucha de fuerzas que esté a la altura de su poder, destacó el ministro delegado de Comercio Exterior y Franceses en el Extranjero, Laurent Saint-Martin.

“Francia y la Unión Europea no quieren guerras comerciales. Es nefasto para todas las partes interesadas, empezando por aquellos que inician la guerra, en este caso Estados Unidos (…). No hay un solo valor agregado positivo en una guerra comercial que no tenga como efecto inflación, recesión, desvío de las rutas comerciales y un desequilibrio del orden económico y comercial mundial, que tendría como resultado que todos perdamos”, destacó en entrevista con La Jornada.

Durante la primera visita ministerial francesa a México en el gobierno de Claudia Sheinbaum –que coincidió con la orden ejecutiva de la administración Trump para imponer cuotas a las importaciones de vehículos hacia Estados Unidos y la antesala de todo el plan arancelario, el 2 de abril–, Saint-Martin explicó que, independientemente de cómo se vea afectado cada país de la Unión Europea, la capacidad de respuesta es exclusiva del bloque.

Cada país no puede y no debe responder a Estados Unidos de manera bilateral; esa es la trampa en la que no hay que caer, destacó. La réplica de la Unión Europea –coordinada por el comisario de Comercio, Maros Sefcovic– mucho dependerá de lo que efectivamente entre en vigor el 2 de abril y Europa va a tener que responder al mismo nivel, pero sin descuidar a las empresas del bloque que trabajan fuera de la región.

Las medidas hasta ahora anunciadas por la administración Trump impactan de manera directa a las industrias automotriz y farmacéutica, que son la segunda y tercera más importantes del sector exportador francés. Fuera del bloque, el principal socio comercial de Francia es Estados Unidos.

Saint-Martin declaró que este escenario no es del todo nuevo. Durante el primer mandato de Trump se impusieron aranceles de 25 por ciento al acero y el aluminio y la Unión Europea respondió con cuotas muy específicas a productos importantes para Washington que tenían un impacto político.

Eso no nos impide tener un diálogo con la administración de Trump, como lo estoy haciendo ahora y como lo hacen los otros países europeos. Al final vamos a defender una agenda positiva con Estados Unidos. Son aliados, amigos históricos, tenemos fuertes relaciones comerciales bilaterales y no estamos de acuerdo en la orientación que han tomado las cuestiones comerciales. Si creemos en dar respuesta a aranceles que consideremos injustificados, lo haremos, comentó.

Dependencia de grandes mercados es peligrosa

Mantener la relación con los amigos históricos no implica dejar de lado las lecciones derivadas de las tensiones comerciales de la década reciente. Nunca hay que depender de un mercado demasiado grande, aclaró Saint-Martin cuando se le preguntó si el episodio actual implica buscar otros aliados comerciales o mercados, como China y Rusia.

“Tenemos sectores europeos que dependen demasiado de Estados Unidos y de China. El trabajo que estamos llevando a cabo en el gobierno y el Ministerio de Comercio Exterior es acompañar a nuestras empresas para que puedan diversificar sus alianzas comerciales y las salidas para sus productos.

Para eso necesitamos contar con países que tengan intereses comunes, que compartan los mismos valores: multilateralismo, respeto al derecho internacional, prioridad a sectores económicos comunes. Resulta que México es típicamente un país que tiene estas características.

El comercio bilateral con Francia creció 5.3 por ciento el año pasado, pero estuvo concentrado en mayores compras de México al país europeo, al tiempo que se registró una desinversión de 804 millones de dólares por empresas francesas en territorio mexicano. Queremos que aumenten ambas cosas, apuntó Saint-Martin.

Como parte del impulso a las inversiones cruzadas, aseguró que la modernización de un tratado comercial entre la Unión Europea y México es prioritaria, además de que el Plan México anunciado por la presidenta Sheinbaum tiene mucha semejanza con el Plan Francia 2030 del mandatario Emmanuel Macron.

De ahí que las empresas francesas con conocimientos prácticos y experiencia en sectores como energía, agua, aeronáutica y cosméticos tendrán espacio en las décadas venideras para invertir en México, no sólo para vender en el mercado local, que es importante.