El autor bangladesí habla en entrevista de su nueva novela, Princesa negra de dos estambres
Sábado 29 de marzo de 2025, p. 4
Bajo la premisa de todos somos traductores de nuestros sentimientos
, el escritor y traductor de origen bangladesí Anisuz Zaman (Maniganz, 1962), después de llevar a su idioma natal a autores latinoamericanos como Gabriel García Márquez y Juan Rulfo, decidió también dejar en papel lo que sucede a su alrededor. Así nació su primera novela, Princesa negra de dos estambres (Ediciones del Lirio, 2024). El título se refiere al lirio más bonito
, un nenúfar que sólo tiene un par de anteras.
En entrevista con La Jornada, Zaman puntualiza: “Nadie escribe por sí solo, todo son traducciones. Cuando traduzco, por ejemplo, Cien años de soledad, soy fiel a lo que escribió García Márquez. En Princesa negra de dos estambres también traduzco la voz que escucho, que recibo de mi familia, de la manera en que vivo; entonces, esa es otra interpretación”.
Con alrededor de 16 traducciones en su haber, para Zaman “todas las personas quieren contar lo que sucede en su interior, pero no se animan. Cuando traduzco a Rulfo, Onetti o Vargas Llosa, todos hablan un lenguaje, no es algo de otro mundo, sino lo que sucede. Con eso también uno se anima “.
Radicado en México desde finales de los años 80, se le pregunta a Zaman: ¿en qué idioma escribe?
−Escribí los primeros cinco episodios de Princesa negra de dos estambres en bengalí. El día que iba a comenzar el sexto discutí algo con mi esposa, no me acuerdo cuál era la razón. Luego, fui a la computadora; después de dos párrafos, me di cuenta de que los había escrito en español.
Le hablé a Rodolfo Lara, quien me edita, para contárselo. Me aconsejó terminar el sexto episodio en español, cosa que hice y se lo mandé. Me dijo, es maravilloso, Anisuz. Continúa escribiendo en español. Así salió la novela.
La historia de Princesa negra de dos estambres tiene como base Etzatlán, pueblo minero en Jalisco, de donde es la esposa de Zaman. Al llegar allí, en 1990, el también músico se dio cuenta de que este pueblo no es diferente de donde nací en Bangladés. De hecho, los habitantes, sus sentimientos, tienen muchas semejanzas con alguien de mi país de origen, contrario a lo que pasa con los europeos. Me gustó tanto que aquí me quedé. Soy más mexicano que bangladesí: soy bangladesí-mexicano
.
−¿De dónde salió el relato?
−Soy muy curioso desde pequeño. Tengo grandes amigos en Etzatlán, más que nada los banqueros; es decir, las personas mayores que casi a diario se sientan en bancas de la plaza y miran a su alrededor. Me siento a su lado y platico con ellos, porque les encanta hablar del pueblo. También me entero de lo que sucedió en mi familia.
Esas narraciones, sin embargo, no conforman la historia
en sí, sino una ficción, añade el autor: Desde allí nace todo. Son las voces de muchas personas, pero, obviamente, en la literatura se presenta de otra manera, con la misma voz, aunque se pinta con diferentes colores
. Recuerda que todas las ficciones son autobiográficas y todas las autobiografías tienen algo de ficción. Existe el sentimiento; sin embargo, las personas, el tiempo, son totalmente creados por mí
.
A pesar de que se mencionan hechos relacionados con la historia del país, no se puede decir que es una novela basada en la historia de México. No obstante, puedo decir que es México. La princesa negra es México. Cuando la protagonista, María, ya muerta, narra su vida, desde arriba ve su ataúd y alrededor los paños negros de quienes acudieron al cementerio, lo cual le recuerda el lirio princesa negra que a su vez representa a la sociedad; al igual que ella, anda confundida, porque dos hombres están enamorados de ella y no sabe por quién decidirse
.
−¿Qué le llama la atención de los escritores latinoamericanos y mexicanos?
−La literatura latinoamericana es un mundo diferente a lo europeo. Como Bangladés fue una colonia británica, antes los escritores leían más enfocado en lo europeo, sobre todo lo inglés y francés. Sin embargo, se tuvo acceso a la literatura latinoamericana por medio de Manabendra, y nos sorprendido, porque nos expresamos de manera parecida.
“Una abuela dice: ‘sabes, Anisuz, tu abuelo pescó un pez de casi una tonelada’. Exagera; es un pescado grande, pero no de una tonelada. Así contamos nuestra vida en América Latina, como en Bangladés. Es un mundo mágico.”
En la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Zaman dio a conocer la traducción que hizo de la novela Pescador del río Padma (Ediciones del Lirio), de Manik Bandopadhyay (1908-1956). Lo traduje porque “39 años antes de que se publicara Cien años de soledad, Manik creó una isla que comparte similitudes con Macondo”.