Jueves 20 de marzo de 2025, p. 12
Casi 100 trillones de microorganismos componen la microbiota humana, representan alrededor de 3.5 por ciento del peso de una persona y los más importantes son los del tracto gastrointestinal, que se estima son unos 100 billones.
El microbioma intestinal se puede alterar a causa de factores como la edad, el estilo de vida y el uso de medicamentos, sobre todo de antibióticos, provocando disbiosis, un desequilibrio asociado con el desarrollo de enfermedades inflamatorias, metabólicas y neurodegenerativas, lo que impacta negativamente la calidad de vida, advirtió la gastroenteróloga pediatra Solange Heller Rouassant.
No obstante, la microbiota es altamente adaptable y puede modularse a través de la alimentación y el estilo de vida, convirtiéndose en una herramienta clave para promover un envejecimiento sano. Por ello es fundamental que los profesionales de la salud y cuidadores consideren la importancia de la microbiota intestinal en el bienestar de los adultos mayores y promuevan hábitos alimenticios saludables y el uso adecuado de probióticos.
En el lanzamiento de la Convocatoria 2025 de investigaciones sobre El Papel de la microbiota en la salud y enfermedad del adulto mayor que organiza Biocodex Microbiota Foundation, dijo a La Jornada que a medida que avanza la edad, y sobre todo pasando los 60 años, la microflora disminuye en cantidad y diversidad.
Para contrarrestar esa situación debemos tratar que los adultos mayores ingieran alimentos con fibra, eviten grandes cantidades de grasa de origen animal e integren el ejercicio físico.
La especialista agregó que, sobre todo, en cualquier época de la vida, el consumo de antibióticos afecta, pues disminuye o elimina muchas bacterias que pueden ser buenas.
La presidenta del Comité Evaluador Biocodex subrayó que mientras más sana se tenga la microbiota, “más saludables vamos a ser y podremos tener un plus para nuestra vejez.”
Tener desequilibrio en las colonias bacterianas que habitan el organismo puede originar enfermedades como diabetes, obesidad y padecimientos cardiovasculares o inflamatorios del intestino y hasta el desarrollo de enfermedades neurosiquiátricas.