Un Zócalo solidario con la Presidenta // Clave: integración con EU // Selfi, espaldas y emoción
// Adán, Monreal, Velasco y Andy

no estás sola.Foto Presidencia
a presidenta Sheinbaum cumplió con decoro una cita relativamente anticlimática, ya sin litigio fuerte en trámite (al menos por un mes) con el villano que resultó involuntariamente también convocante, Donald Trump.
Lleno el Zócalo capitalino, audiencia resistente al durísimo sol, presencia notable de gobernadores de oposición (lo que queda), representantes empresariales ávidamente alineados, discurso y propuestas presidenciales que podrían ser presentadas en otro momento y escenario, pero que fueron llevadas a la ratificación de la plaza pública entregada, solidaria.
No cedió la Presidenta de la República a la tentación de mostrarse no sólo festivamente triunfal, sino marcadamente soberanista y defensora del interés nacional. A lo largo de su discurso subrayó de diversas maneras el carácter independiente de México y el respeto con el que debe ser tratado. Hubo referencias respetuosas a Trump y agradecimiento al ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
La asistencia, según los números oficiales, fue de unas 350 mil personas. Más allá de la puntualidad de tal estimación, lo cierto es que se vio una asistencia animada, sostenida y claramente decidida a respaldar el proceso llamado Cuarta Transformación y a la presidenta Sheinbaum, a quien con insistencia dirigieron el coro no estás sola / no estás sola
.
Uno de los puntos notables de la alocución claudista (ya planteada en varios momentos por el anterior presidente de la República) se dio cuando afirmó, con abierto espíritu integracionista: es menester fortalecer nuestra relación económica respetando nuestras soberanías, en vez de confrontarnos (...) Nuestra propuesta, incluso, ha sido que no solamente integremos América del Norte, sino que también en lo sucesivo la integración económica y comercial de todo el continente, convirtiéndonos en la región más poderosa del mundo sin exclusiones, con prosperidad y con respeto a la libertad, la independencia y la soberanía de todos los pueblos y naciones
.
Por otra parte, el acto dominical claudista tuvo un episodio que fue más allá de lo anecdótico, de donde no debería haber pasado. La presidenta de la República caminó por detrás de un grupo de asistentes de primer nivel a la reunión, quienes estaban entretenidos en tomarse una fotografía grupal, desatentos al caminar de quien ejerce el máximo poder político nacional, la presidenta Sheinbaum que tocó a uno de los selfistas, Andrés Manuel López Beltrán, y siguió su camino ante la sorpresa e incluso algo cercano a la desesperación de los distraídos políticos 4T, que intentaron fallidamente corregir el error.
No es fácilmente explicable que políticos profesionales se distraigan del paso, casi del rumbo de la mirada, de quien ocupa la Presidencia de la República. Usualmente hay una inocultable aspiración de esos políticos por seguir el caminar del máximo mando nacional, escrutar sus gestos y el tipo de trato significativo que da a otros, para luego estar prestos al saludo propio, al abrazo, al eventual intercambio de palabras.
Pero esta vez se entretenían en tomarse una foto de grupo los líderes de las cámaras legislativas, Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal, que ya mandaron a 2030 la propuesta claudista contra el nepotismo sucesorio, entre otras jugadas indicativas, además del confabulado Manuel Velasco, del Verde, y los dirigentes de Morena, Luisa María Alcalde y el cada vez más evidentemente poderoso y futurista López Beltrán.
Lo que pudo quedar en lo anecdótico no lo quedó porque se inscribe en un contexto que alienta la percepción de juegos facciosos en las cámaras y en el partido dominante, sin alineación verdadera, sólo retórica, con el mando político en turno. Lo estrafalario del episodio fue remachado con los intentos de disculpas de Adán Augusto, Monreal, Velasco y Alcalde, quienes atribuyeron lo sucedido a la emoción
, el entusiasmo
y un descuido en el protocolo
. ¡Hasta mañana!
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