La administración de Donald Trump recetó la semana pasada las jornadas más vertiginosas a los mercados, pues el nivel de incertidumbre económica llegó a 460.2 unidades y con ello superó los registros de la pandemia (436.7) y de la crisis financiera de 2008-2009 (204.4).

La razón de la volatilidad y la baja sustancial del mercado bursátil en Estados Unidos es el miedo a una desaceleración o recesión económica, a raíz de la debilidad de los indicadores de confianza y de consumo en días recientes.

El índice de incertidumbre económica mide la inquietud sobre la política económica de un país, mediante encuestas entre los agentes económicos. En concreto, valora la dispersión que existe entre las opiniones sobre alguna variable económica en el futuro. En Estados Unidos este índice ha aumentado recientemente debido a la incertidumbre sobre los aranceles ordenados por Trump, consideraron analistas.

Después de casi dos semanas de estar en niveles máximos, el mercado accionario de Estados Unidos presentó una corrección importante y crece el temor de un ajuste mayor. Sólo el S&P 500 ligó tres semanas de perdidas, cayendo 3.1 por ciento, lo que coloca el rendimiento de 2025 con una caída de 1.9 por ciento; 10 de los 11 sectores que conforman este índice cerraron la primera semana de marzo con pérdidas, y el tecnológico es el de mayor incidencia a la baja, con una pérdida semanal de 3.4 por ciento.

Es probable que la elevada incertidumbre ralentice el crecimiento estadunidense, aunque las nóminas se mantengan sólidas por ahora. La debilidad podría ser mayor de concretarse los aranceles que propone Donald Trump al acero y el aluminio, comentó Carlos Ponce, socio fundador y director general SNX.

Añadió que la tasa del bono del Tesoro de Estados Unidos a 10 años alcanzó 4.8 por ciento a mediados de enero. Su nivel reciente fue de 4.15 por ciento, lo que indica temores de recesión y una mayor necesidad de un recorte a las tasas.

Por su parte, Christian Keller, jefe de investigación económica de Barclays, sostuvo que la incertidumbre ya está pesando sobre la percepción de los consumidores y, por tanto, daña la actividad económica.

Keller afirmó que el aplazamiento de los aranceles es bienvenido. Sin embargo, la extrema volatilidad en la toma de decisiones intensifica las dudas sobre el futuro de la economía estadunidense.