Roma. El papa Francisco se mantuvo en condición estable ayer y pasó largos periodos del día sin la ventilación no invasiva que necesitaba para recuperarse, pero con oxígeno suplementario menos intensivo, un día después de una crisis respiratoria. Además desayunó, tomó un café y leyó los periódicos, aunque su situación sigue siendo compleja y su pronóstico es reservado, informó el Vaticano.

El pontífice no presentó más episodios de espasmos bronquiales ni fiebre; se alimentaba por sí mismo y continuó con su fisioterapia respiratoria, cooperando activamente, agregó la Santa Sede en un comunicado que se emitió más tarde.

El Santo Padre está atento y consciente de lo que sucede a su alrededor. Además, recibió la eucaristía y pasó tiempo en oración”. indicó el memorando.

Los médicos señalaron que tardarían uno o dos días en evaluar cómo ha afectado el episodio el estado clínico general del pontífice argentino.

Ante las cámaras de todo el mundo, los fieles siguen acudiendo a encender velas y rezar por la salud del pontífice a los pies de la estatua de Juan Pablo II, a la entrada del centro, donde se acumulan flores, dibujos y globos, pese a la lluvia.

Esta hospitalización, la cuarta y más larga desde 2021, genera preocupación por los problemas que debilitaron su salud en los años recientes: operaciones en el colon y el abdomen y dificultades para caminar.

El pasado sábado, el primer Papa latinoamericano, que llegó a la cátedra de San Pedro en 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI, también sufrió un fuerte ataque de asma y necesitó incluso una transfusión de sangre.

Sin embargo, los problemas de salud vienen de lejos. A los 21 años, Jorge Bergoglio estuvo a punto de morir de una pleuresía y los médicos tuvieron que extirparle parte del pulmón derecho.