La obra se bifurca en dos historias, la de una niña y la de una cachorra hiena
Lunes 24 de febrero de 2025, p. 7
En un mundo donde la pertenencia es un campo de batalla
, el monólogo Hiena sumerge al espectador en un viaje íntimo y personal
de una joven atrapada entre la furia y la compasión, pero en busca de un refugio entre su misma ferocidad.
La obra, con dramaturgia y actuación de Thelma Carrizosa y dirección de Omar Silva, que se presentará a partir del 2 de marzo en el Foro Shakespeare, con música de Ismael Godínez, desafía la frontera entre lo humano y lo animal.
Carrizosa contó: Es un viaje que se bifurca en dos historias, la de una niña y la de una cachorra hiena; es importante hablar de ambas porque en ese momento están avasalladas por el deseo de conocer el mundo, de ir más allá del hogar, de esa intuición de buscar lo desconocido, acercarse y descubrir
.
Ambas, dijo la actriz, enfrentan la exclusión, la violencia y el deseo de pertenencia, pero –se preguntó– ¿Es posible encontrar un hogar cuando el mundo te ve como una amenaza?
Por lo tanto, esta obra es una travesía donde la frontera entre lo antropomórfico y lo bestial explora temas como el exilio, la identidad, la familia, la sexualidad femenina y el duelo; además, propone una reflexión sobre la otredad y la hostilidad hacia lo diferente
.
La obra, recordó Carrizosa, la escribí cuando me di cuenta de todas las violencias que recibimos las mujeres y lo que implica el querer conocer algo; surgió a partir de mis vivencias y desarrollé en la trama lo relacionado a la fiereza femenina, la frontera entre lo humano y lo animal. La trama va del crecimiento de una joven en un mundo de bestias, lo que me permite hablar de violencia y segregración
.
Otro de los ejes es el hogar como fractura y refugio. “A través de una narrativa que mezcla mitología, memoria y pulsiones íntimas, se aborda la dualidad de los símbolos mar y desierto, recurriendo al cuerpo y a la voz para generar atmósferas que transportan al público a dos historias simultáneas.
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“El texto surge de la intersección entre la furia y la compasión, mi voz emana de desarrollarme como una mujer joven mexicana en un mundo voraz e indómito. En Hiena habita la complejidad de ser simultáneamente hija, cazadora, víctima y depredadora; además, apuesto por una búsqueda de refugio en lo salvaje”.
Con escenografía minimalista y diseño lumínico de Edgar Sánchez, el monólogo, genera una atmósfera de ritual y confesión. También cuestiono la domesticación de la mujer rebelde; se aborda el arquetipo de la mujer-niña/doncella, el de la mujer-bruja o paria, la vida y la muerte, así como la sexualidad femenina en torno al tabú que implica
.
Cuando escribí la obra pensaba mucho en las violencias que nos atraviesan cotidianamente; por ejemplo, subirnos al Metro por la mañana cuando va llenísimo, eso ya implica algo; es decir, se abordan cuestiones como la otredad, que la existencia de otro me represente un peligro, vivimos a la defensiva con lo diferente
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Sin embargo, “a la vez necesitamos ser amadas, pertenecer; hablo mucho desde la voz femenina y desde lo colectivo, pasando por lo humano, lo animal y la deshumanización. Se refiere, asimismo, al miedo que tenemos a la barbarie y al cuerpo. El monólogo lleva el nombre de Hiena porque ésta implica lo carroñero, la risa, la burla, pero al mismo tiempo es el mamífero que vive en colectividad. Así fue como contrapuse las complejidades y los dolores que implica ser segregada”.
En el monólogo, Omar Silvia, quien trabajó como actor con el legendario director de teatro Peter Brook, propone desde la dirección un montaje que enfatiza la actuación como el eje central del relato. Hiena, en su cuarta temporada, se presentará los domingos de marzo a las 18 horas en el Foro Shakespeare Urgente 2 (Zamora 7, colonia Condesa).