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Fotógrafo traza un puente visual entre México y EU

La intención de Juan Glassford fue capturar esos instantes de tránsito donde se revela la identidad

Foto
Siempre me ha intrigado cómo el paisaje nos define y nos atraviesa, expresó el fotógrafo Juan Glassford en entrevista con La Jornada.Foto Imagen cortesía del artista
 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de febrero de 2025, p. 5

Las carreteras no sólo conectan puntos en el mapa; también revelan paisajes internos, afirma Juan Glassford (Ciudad de México, 1998). En la exposición Entre líneas continuas, el fotógrafo traza un puente entre la identidad visual de México y Estados Unidos a través del viaje y la fotografía documental.

La muestra, curada por la artista y escritora Laureana Toledo, se presenta en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), en la ciudad de Oaxaca, espacio dedicado a la promoción y difusión de la imagen fotográfica, fundado por el pintor y grabador Francisco Toledo.

Siempre me ha intrigado cómo el paisaje nos define y nos atraviesa, explicó Glassford en entrevista con La Jornada.

México y Estados Unidos comparten una historia tejida de encuentros, desencuentros, migraciones y símbolos que van cambiando con el tiempo. Mi intención con esta serie fue capturar esos instantes de tránsito, donde la identidad se desdobla y se revela.

Con una mirada que evoca la tradición documental, Glassford captura la esencia de dos territorios cuya relación se encuentra marcada por historias de migración, choque cultural y convivencia.

Inspirado por figuras como Robert Frank, Susan Lipper y Graciela Iturbide, el fotógrafo utiliza la imagen como un mapa sicosocial, un instrumento para explorar las dualidades, tensiones y símbolos que emergen en ambos países.

La exposición reúne 50 imágenes en blanco y negro tomadas en los cuatro años recientes. La mitad de éstas surgió durante su estancia en Nueva York, mientras estudiaba bajo la guía de maestros como Stephen Shore y Gilles Peress; la otra mitad fue capturada en los caminos de México, en un proceso de rencuentro con sus raíces.

La fotografía me ha permitido entender mis propios desplazamientos. Crecí entre dos culturas y siempre sentí que pertenecía a ambas y a ninguna a la vez. Con esta serie, intenté poner en diálogo esos dos mundos, añadió Juan Glassford.

Para el fotógrafo, el viaje en carretera es más que un método, es una necesidad. El avión impone una distancia artificial. En cambio, viajar por tierra te obliga a detenerte, a conversar con la gente, a mirar lo que solemos pasar por alto. Hay algo profundamente humano en la ruta, en la espera, en los encuentros fortuitos.

La relación entre México y Estados Unidos se expresa en signos y metáforas visuales que, al estar reunidos en esta muestra, generan un diálogo cargado de significado.

La bandera estadunidense, omnipresente en el paisaje del norte, se convierte en un recordatorio ineludible del poder y la vigilancia. La cruz, símbolo de fe y sacrificio, adquiere connotaciones de opresión multigeneracional.

En México, en cambio, la relación entre la vida y la muerte se manifiesta con una intensidad que busco capturar con mi lente. La calle es un escenario de resistencia y memoria. Eso es lo que intento registrar, indicó el fotógrafo.

La curaduría de Laureana Toledo juega un papel clave en la exposición. Antes de esta muestra, las imágenes de Estados Unidos y México estaban separadas. Ahora, al ser exhibidas juntas, generan nuevas interpretaciones al cuestionar la idea de frontera como un límite rígido y proponerla como un espacio en constante negociación.

Las imágenes comienzan a dialogar entre sí de una manera inesperada. La frontera deja de ser un simple corte y se transforma en un tejido de historias y significados, comentó Toledo.

El trabajo de Glassford no es sólo un ejercicio estético; también reflexiona sobre la condición humana en tiempos de crisis migratoria. Según el fotógrafo, ante el aumento de deportaciones y las tensiones políticas en la región, “la fotografía documental adquiere una relevancia aún mayor.

No me interesa únicamente registrar lo que veo. Quiero provocar preguntas, cuestionar lo que damos por hecho sobre la identidad, la pertenencia y el desplazamiento, subrayó el fotógrafo, cuya trayectoria incluye colaboraciones con organizaciones como la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

La fotografía no es un ejercicio de certeza, sino de búsqueda. Cada disparo es una pregunta, una forma de comprender el mundo y a mí mismo. A través de mi lente, los caminos conducen a un destino, pero también revelan lo que a menudo permanece oculto a simple vista.

La exposición Entre líneas continuas puede visitarse de 9:30 a 20 horas en el CFMAB (Manuel Bravo 104, Ruta Independencia, colonia Centro, ciudad de Oaxaca). La entrada es gratuita. El espacio permanece cerrado los martes.