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Con el nuevo horno, los alfareros de La Trinidad esperan mejorar su vida

Proyecto impulsado por los pobladores, la ENC y el doctor Cuauhtémoc Juárez // Además de elevar la producción de cazuelas, reducirá los riesgos a la salud que generan la quema de leña y el plomo

Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 16 de febrero de 2025, p. 2

La Trinidad Tenexyecac, Tlax., La comunidad alfarera de La Trinidad Tenexyecac, ubicada en Tlaxcala, es conocida por sus enormes cazuelas de barro cocido, en las cuales se preparan deliciosos platillos. Los pobladores, junto con la Escuela Nacional de Cerámica (ENC), construyeron un horno especializado que les permitirá incrementar su producción y, al mismo tiempo, reducir los riesgos a la salud causados por la quema de leña y plomo.

Este proyecto fue impulsado por artesanos, lugareños y por el doctor del Instituto Mexicano del Seguro Social Cuauhtémoc Juárez, quien tiene un proyecto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conahcyt) para analizar el daño que el plomo causa en niños y adultos de esa comunidad, lo que explicó en entrevista con La Jornada.

El proceso de trabajo de estos artesanos tiene alrededor de 500 años de antigüedad; lo trajeron los españoles tras la Conquista. Consiste en moldear el barro, ponerlo a quemar en un horno cerrado, sacar la pieza, pintarla y barnizarla para volverla a cocer, explicó el médico.

El plomo se mezcla con la pintura negra que se pone a las cazuelas, con lo que toma su característica tonalidad; posteriormente, se aplica una capa de barniz que logra sellarla y le da un lustre muy destacado.

Las condiciones de la quema también son riesgosas por el tipo de horno que emplean, denominado cuello de botella, por la forma de su techo. Tiene pequeñas aberturas a los costados, que son tapadas con ladrillos que se retiran por momentos para que los artesanos puedan ver el avance de la cocción del barro.

Para encenderlo, se coloca leña debajo, lo cual hace que el humo se encierre. Para revisar el estado de las piezas, los alfareros se asoman al horno, lo que obliga a que inhalen el humo y los restos del plomo, además de que corren el riesgo de sufrir quemaduras en la cara y manos por las altas temperaturas.

El plomo no es útil al cuerpo humano; es nocivo por donde se vea. Para la quema se introducen decenas de piezas en un horno. Es un riesgo terrible, advirtió Cuauh-témoc Juárez.

Otro problema es cuando se tritura el barro, el cual es mezclado con otros materiales para que tenga una buena consistencia. Para este proceso se recomienda utilizar máscaras especializadas con el fin de reducir la cantidad de polvo que entra a las vías respiratorias; sin embargo, estas caretas son costosas y, si no se usan, los residuos pueden ocasionar fibrosis pulmonar.

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▲ Habitantes de la localidad tlaxcalteca durante la construcción del horno.Foto cortesía de la ENC

El trabajo con plomo puede generar intoxicaciones masivas, daños severos en pulmones, ojos, oídos y hasta lesiones neurológicas, incluso abortos espontáneos. Los recién nacidos tienen bajo peso, anemias, daño renal, entre muchas otras cosas, explicó el médico.

El proyecto del doctor Juárez se inició hace tres años. Su equipo se compone de trabajadores sociales, médicos y especialistas que buscan que los habitantes de la comunidad alfarera tengan mejor calidad de vida. Entre sus problemas está la de encontrar recursos para que cuenten con seguridad social.

Cuando los alfareros y el doctor decidieron contactar a la ENC para que les ayudara con la construcción del horno, los habitantes realizaron una votación para decidir dónde sería instalado: querían que fuera un centro de quema neutral en el que todos pudieran trabajar; así se hizo.

“Los artesanos pusieron el trabajo físico y el maestro Yusuke Suzuki, el experto que adaptó el horno, enseñó cómo construirlo. Queremos que las enfermedades que afectan a la comunidad se prevengan y no sólo buscar curas o paliativos.

Seguimos con los análisis, pero hemos observado que hay niveles de plomo altísimos en niños y adultos. Podemos encontrar hasta 35 microgramos de plomo en sangre, y debe haber cero, aseguró Juárez.

Ya identificamos tres biomarcadores que nos pueden brindar la oportunidad de hacer un diagnóstico más oportuno. Nuestro trabajo es una colaboración integral para ayudar a la población. Médicos nefrólogos, internistas y familiares, todos participamos para mejorar esa comunidad. Nos faltan muchas cosas, recursos económicos sobretodo, pero seguimos trabajando para recuperar la calidad de vida en La Trinidad, concluyó.