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Antonio Machuca, Hedy Lamarr y el entorno fallido
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n los años 40 fue famosa la actriz Veronica Lake, cuyo encanto causó muchos problemas en las obreras estadunidense. En plena Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos luchaba contra las potencias del Eje, las trabajadorasimitaban a la artista al cubrirse uno de losojos con su hermosa cabellera, lo cual causó innumerables accidentes de trabajo. Hoy ya nadie se acuerda de Lake ni de la singular Jean Harlow, la chica modelo a quien Marilyn Monroe debería imitar por su notable éxito en los años 30; actualmente Jean quedó en el olvido.

Algunas famosos ya no son materia de recuerdos porque pasaron de moda; otras han sido víctimas de una represión de la memoria porque se les ha querido borrar de la historia y ése es el caso de la vieja guardia bolchevique que rodeaba a Lenin y cuyos nombres fueron excluidos en toda clase de medios impresos y cinematográficos que campeaban en la fenecida Unión Soviética. Se ha expulsado con frecuencia de la historia universal a mujeres notables, grandes inventoras y descubridoras científicas de aspectos ignotos de la realidad, como en el caso de Hedy Lamarr, quien sólo fue conocida por su excepcional belleza como actriz y no por la contribución de sus inventos tecnológicos para combatir a las hordas nazis. Puedo citar el caso de muchas féminas cuyos descubrimientos fueron expropiados por hombres allegados a ellas, siendo reconocidos como los verdaderos autores de esos beneficios.

Antes del movimiento estudiantil de 1968, los revolucionarios magonistas casi no eran mencionados en los textos de historia o se les vituperaba de traidores. A principios de los años 70, el escritor Mauricio Magdaleno pretendía que el nombre de Ricardo Flores Magón se inscribiera con letras de oro en la máxima legislatura del país, alegando que los magonistas habían sido fieles partidarios de Madero. Le expuse a don Mauricio que los magonistas no fueron partidarios de Madero, sino todo lo contrario. Por fortuna, después del movimiento se ha conocido la gran aportación que esos revolucionarios a las luchas de emancipación de los trabajadores en México y en Estados Unidos.

En todos los campos de la actividad humana han existido héroes anónimos y desconocidos, lo cual contrasta con el hecho de que no pocos sujetos mediocres o ineptos han sido ampliamente conocidos.

En una contribución sin par, Luis Her-nández Navarro, en sus artículos en La Jornada, ha difundido las identidades y obras de importantes luchadores sociales.

Jesús Antonio Machuca Ramírez fue un sociólogo investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Me llama la atención que en el mundo intelectual de nuestro país no sea ampliamente reconocido y que, en cambio, se celebre a supuestos magos del intelecto que no hacen gala de tenerlo en demasía. Realizó una extraordinaria tesis en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM: Internacionalización de la fuerza de trabajo y acumulación de capital: México-Estados Unidos (1970-1980), donde analizaba a fondo el fenómeno migratorio a escala planetaria, predecía y pronosticaba lo que ocurre en nuestros días; asimismo, como miembro del Seminario Permanente de Estudios Chicanos y de Fronteras llevó a cabo relevantes estudios y trabajos de campo en los asuntos prioritarios que se examinaban en esa entidad.

Posteriormente, Machuca se convirtió en el principal estudioso del patrimonio cultural mexicano, que es base de la existencia del INAH. Habría que preguntarse por qué su obra todavía es desconocida incluso en las ciencias sociales.

En primer lugar, su obra es de carácter crítico y no apologético respecto a la relación del Estado mexicano con el patrimonio cultural; en la época del priato y del neoliberalismo, las aportaciones gubernamentales al sector cultural decayeron; en la época de su dominación, tanto la educación como la cultura fueron consideradas asuntos marginales en el desarrollo del país.

En la época de Alfonso Caso y sus seguidores, el INAH se fue apartando de la trayectoria progresista de sus orígenes y se transformó en una institución donde la investigación científica devino en baluarte del indigenismo asimilacionista de las clases dominantes en el país, que discriminaban a las clases sociales subordinadas, lo cual se expresaba en que la cultura se analizaba desprendiéndola de sus raíces económicas y sociales. En este marco, la obra de Machuca no era reconocida ni se entendía su relevancia. Lo que fracasó fue el entorno, una institución saboteada por el propio Estado que la creó, pero que mantiene su tradición gracias a los notables esfuerzos de sus trabajadores como el propio Antonio Machuca.

Lamentablemente falleció el 27 de diciembre de 2024. Hoy es necesario revisar y validar su excelente obra; por ello, se invita a asistir al homenaje a Antonio Machuca el 15 de marzo en el Museo Nacional de Antropología de 11 a 19 horas.