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Sábado 8 de febrero de 2025, p. 7
La carrera por los premios Oscar de este año nos ha proporcionado un caso de estudio en torno a la gestión de crisis de relaciones públicas, tras lo ocurrido con Emilia Pérez, de Netflix (película musical francesa en español centrada en un jefe mafioso transgénero en México), que hace un par de semanas era un rotundo éxito, pero a fines de enero se vino abajo.
Ahora, las casas de apuestas colocan a The Brutalist, la rica y ambiciosa epopeya de Brady Corbet sobre la llegada a Estados Unidos, como la favorita para llevarse a casa el premio a la Mejor película. La cinta ya era una fuerte contendiente antes de que Emilia Pérez implosionara, pero persisten las dudas sobre si un filme tan sombrío conseguirá suficiente apoyo popular: es justo asumir que la duración de 215 minutos disuadirá a algunos votantes del Oscar de siquiera verla.
La semana pasada, Variety declaró que había seis filmes con una posibilidad factible de ganar el premio; los otros eran la comedia dramática sobre trabajadoras sexuales Anora, de Sean Baker; el thriller de juego de poder papal Cónclave, el musical que agrada al público Wicked, y el filme biográfico de Timothée Chalamet sobre Bob Dylan, A Complete Unknown. Lo que esto sugiere es que nadie tiene una idea real de dónde estamos parados.
Hasta cierto punto, la incertidumbre es exactamente lo que necesitan los Oscar, después de dos temporadas de premios predecibles. En 2023, la cinta independiente multiverso Everything Everywhere All at Once, protagonizada por Michelle Yeoh, arrasó en casi todas las categorías principales, golpe que parecía casi predestinado cuando llegaron los Oscar.
Al año siguiente, Oppenheimer, de Christopher Nolan, hizo lo mismo. Fue un ganador digno, sin duda, pero dio lugar a una noche rutinaria y poco sensacional. Este año, sin embargo, los Oscar tienen un grado de incógnita en casi todas las categorías principales (salvo en Mejor actor de reparto, Kieran Culkin, de Un dolor de cabeza, puede que ya haya despejado espacio para el trofeo en su repisa).
Pero el hecho de que los resultados sean predecibles no significa que sean correctos. Emilia Pérez habría sido la ganadora menos merecedora sólo por méritos artísticos, pero los contendientes en ascenso son un grupo muy heterogéneo. La última vez que la carrera por la Mejor película estuvo tan abierta fue en 2022, cuando el afable pero absolutamente convencional drama de Apple TV+, Coda, fue anunciado como el ganador, para sorpresa de casi todos. Existe una posibilidad muy real de que algo así vuelva a suceder, si, por ejemplo, A Complete Unknown lograra la victoria, como algunos predicen ahora.
La debacle de Emilia Pérez, sin duda, alteró las intenciones de muchos votantes del Oscar, y no sólo de aquellos que planeaban votar por la película de Audiard. La entusiasta aceptación de la Academia a Emilia Pérez, en la etapa de nominaciones, ha convertido a esa cinta en un fantasma en la fiesta, y muchos votantes inevitablemente buscarán una alternativa segura
y sin problemas en un esfuerzo por evitar más vergüenza.
Algunas de las mejores alternativas que han enfrentado sus propios escándalos son The Brutalist, por su uso de inteligencia artificial para tocar sílabas dentro del diálogo húngaro de Adrien Brody; Anora, por la ausencia de coordinadores de intimidad en el set. Una película como A Complete Unknown –una cinta inobjetable y nada excepcional– podría parecer un medio muy atractivo para salvar las apariencias.
Tal vez sea sorprendente lo largo y enrevesado que ha sido el furor en torno a Karla Sofía Gascón, protagonista de Emilia Pérez, aunque sus respuestas sin duda han prolongado las cosas. La reacción también ha sido inusualmente unánime, sin las voces reaccionarias habituales que intervienen para defender el derecho de una celebridad a expresar opiniones ofensivas.
El hecho de que Gascón sea una mujer trans, y Emilia Pérez una iniciativa aparentemente liberal, es muy probable que esté detrás de esto. Pero la vehemencia de la reacción no excusa la mala acción, sólo intensifica las malas vibraciones que se han instalado en la carrera por los premios de este año. Nada es seguro ya, pero aquí hay una predicción para ti: todos estaremos mejor cuando los Oscar de este año terminen.
La últimos informes sobre Emilia Pérez sugieren que Netflix se ha distanciado de Gascón, eliminándola de todos los planes promocionales, rediseñando los carteles para destacar a su coprotagonista de reparto Zoe Saldana (cuyo propio estatus como presunta ganadora del premio a la Mejor actriz de reparto se ha visto en peligro) y negándose a cubrir ninguno de los gastos de viaje de Gascón para la temporada de premios.
Mientras tanto, el director de la película, Jacques Audiard, condenó a Gascón en términos bastante contundentes, afirmando: Simplemente no entiendo por qué sigue haciéndonos daño
.
El prolongado escándalo, en el que Gascón fue la artífice de la caída de Emilia Pérez ha abierto de par en par la carrera por los Oscar, pero aún está por verse si eso es algo bueno.