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Un cadáver desalentó a la escritora Bárbara Jacobs de ser doctora: medicina, ni madres
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▲ La ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1987 presentó su libro de ensayos De la mano a la luz.Foto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Sábado 8 de febrero de 2025, p. 5

La escritora y ensayista Bárbara Jacobs abandonó su interés de ser médica cuando fue invitada a un anfiteatro universitario y vio a un fallecido cuyos restos no habían sido reclamados. Me dio muchísima ternura. Después de ver a este joven; medicina, ni madres.

Durante la presentación de su libro más reciente, De la mano a la luz, en la sede de Ediciones Era, sello que publica la obra, realizada la noche del pasado jueves, la también traductora dijo que desde adolescente quería ser doctora, pero cuando fue a la facultad de la Universidad Nacional Autónoma de México y vio el cadáver de esa persona, “me impresionó tanto que decidí: ‘no voy a ser médica para nada”.

La ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1987 por la novela Las hojas muertas refirió que hablaba con el cuerpo: ¿Cómo estás aquí?, le tocaba su mano, lo besaba. Por suerte no había nadie más. Era guapísimo. ¿Por qué está aquí, solito? Su madre no te vino a reclamar. Después de ver a este joven, me metí a sicología. Pude mucho con ella. La sicología se parece más a la vida que la medicina.

Enseguida, recordó que la primera vez que fui a la casa de Tito Monterroso (quien luego fue su cónyuge), lo primero que vi en su librero fue una cara. Estuve investigando qué era ese rostro, y era de una tumba. No sé si representaba al muerto o qué.

De la carrera que acometió se tituló con una tesis sobre la risa. Es chistoso, ¿no?, comentó la autora.

Jacobs tuvo una breve intervención, pues, sostuvo: no tengo nada qué decir. Ya dije todo en mis libros. Francamente, prefiero que me hagan preguntas.

Al preguntarle sobre sus libros por venir, mencionó que tiene el borrador de una novela, del cual ya está el título: La gitana. Además, hay otro que no ha pasado a máquina y uno más empezado, que sería del mismo tipo de De la mano a la luz, de ensayos.

En torno a que ha publicado varios títulos cercanos, subvirtiendo su dinámica tradicional de largos periodos sin lanzar nuevas obras, aventuró: será que se me está acabando el tiempo.

La también periodista agregó que trabajó en La Jornada durante 30 años, con un texto cada dos semanas: Tenía muchísimo material, porque yo me quería lucir cada vez.

En su intervención, la narradora Ana García Bergua destacó que el libro de Jacobs contiene escritos del género Bárbara Jacobs, que son moldeables.

La escritora continuó: “son un pequeño viaje de estancias amenas y reveladoras. Pueden ser artículos de los que escribió en La Jornada desde hace tantísimos años, una presentación, un escrito sobre los cementerios que tienen nuestra vida, un texto para una exposición o para un libro. Así, reunidos estos ensayos forman un caleidoscopio delicioso de leer y además muy variado e instructivo”.

La velada fue una tertulia, una charla cariñosa donde se evocaron recuerdos de figuras queridas en México, la reflexión y sucedidos, con la participación del narrador Alberto Ruy Sánchez.