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Las audiencias ya están listas para el audiolibro

En países escandinavos generan más de la mitad de la facturación de la industria editorial; en Estados Unidos se produjeron alrededor de 200 mil el año pasado

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▲ Las nuevas tecnologías digitales abren un panorama para la promoción y difusión de contenidos literarios.Foto Yazmín Ortega
 
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de febrero de 2025, p. 3

Nadie debería dudar de lo brillante que es el audiolibro en español, afirma Carlos Rojas, jefe de contenidos en América Latina de Zebralution, el más importante distribuidor alemán de contenidos en audio.

Desde hace cuatro años que atienden al público angloparlante el interés no ha dejado de crecer. Sin embargo, este mercado apenas se encuentra en su etapa de nacimiento.

Las nuevas tecnologías digitales permiten transmitir grabaciones en diversos dispositivos, como teléfonos, tabletas o computadoras, a numerosas audiencias.

Rojas explica que se habla de este formato desde que comenzaron a difundirse los servicios de streaming (transmisión por medio de Internet) de música, por ejemplo Spotify.

“Creo que las audiencias están listas para el audiolibro porque consumen muchos podcasts y audio, pero los editores tal vez apenas estamos caminando hacia estar listos para producir ese contenido.

Ahora se habla mucho de su auge debido al éxito de las plataformas de música que tienen contenido hablado.

En un principio se replicaron las plataformas de streaming de música y llegaron proyectos como Storytel, Scribd o Audible que compraron contenido de libros para convertirlos en audiolibros y ponerlos en las plataformas. Las compañías de streaming de música crecieron, pero no en paralelo con este formato de libro, lo que ya está cambiando, opina Carlos Rojas.

En el audiolibro una voz narra con una intención. Las primeras grabaciones no se preocupaban por la calidad, actualmente se valora a la audiencia y a sus necesidades, por lo que también es importante situar el contexto; por ejemplo, si se narra una historia que se desarrolla en Colombia, tener el acento de la región.

Este formato ofrece ventajas en la vida cotidiana ajetreada, se puede escuchar mientras se realiza ejercicio, una labor doméstica, en el tráfico, en el transporte público o paseando a los perros. Es una buena opción para leer y estar en movimiento.

Hay estudios muy serios sobre si escuchar un libro es leerlo. No hay duda. Pero una diferencia es que en la lectura visual predomina la atención. En cambio, cuando escuchas lo que predomina es la emoción.

El especialista de contenidos en español comentó que estadísticas en países escandinavos encontraron que hay personas que escuchan una colección de libros policíacos varias veces durante seis meses. Se dieron cuenta de que los usan como fondo durante el día por la sensación de sentirse acompañados.

Aunque la literatura ofrece un sinfín de temas, en el audiolibro destacan la novela juvenil, el thriller y los títulos que tratan sobre bienestar o consejos prácticos para la vida. Los consumidores del audiolibro son personas que se desplazan hacia algún lugar o que están haciendo determinadas actividades. Siempre hay un nicho para la ficción, que te cuenten una historia. La cifra más grande de edades entre sus usuarios es de los 16 a 34 años, un poco menos que la edad de los lectores tradicionales.

La empresa Zebralution surgió en Alemania, donde es el distribuidor de audiolibros más importante, país que destaca como la segunda industria más grande a nivel mundial, después de Estados Unidos.

En Europa hay un auge muy grande del libro en forma de audio y una gran tradición, pero las cifras no se pueden comparar con México. “En países escandinavos más de la mitad de la facturación de la industria editorial es por audiolibros, en Alemania es aproximadamente 20 por ciento, destaca Rojas Urrutia.

Los retos de esta modalidad son principalmente dos: primero, la carencia de contenidos, pues mientras el año pasado en Estados Unidos se produjeron unos 200 mil audiolibros, en español se calcula que en total existen menos de 40 mil. El segundo desafío consiste en que los editores todavía no han tenido experiencia en cómo usar el modelo de negocio que le corresponde, las formas de producir con el cuidado editorial necesario y su distribución, aspecto que demanda que el proceso se parezca más a los productos musicales que a los libros en general.

Es falso que hacer audiolibros es muy caro, asegura Rojas. Es menos costoso que hacer un libro impreso y la recuperación de la inversión es distinta, ya que además de la venta del archivo, también se generan ganancias con la reproducción.

Lo fundamental es buscar la calidad, porque hasta con inteligencia artificial se puede generar un audiolibro. Es lo mismo que con el papel: hay libros bien hechos y mal hechos. La diferencia puede hacer que lo termines o no.

Aunado a esta característica, hay que distribuirlo en todos los canales digitales posibles que existen y que van cambiando a lo largo del tiempo.

El modelo de Zebralution es pagar la mitad del costo de producción de contenido, que ya le pertenece a los editores, y distribuirlo, lo que obliga a hacer una gran promoción.

Hemos logrado que los editores independientes hagan audiolibros y hasta ahora no hay uno solo que no esté encantado con su proceso de producción y de entender que ahora adquiere otra forma que es igual de interesante y llegará a nuevas audiencias.

Una forma de acercarse a los audiolibros es comprarlos o suscribirse a plataformas de reproducción. Zebralution impulsa la aplicación Lismio, un buscador de géneros, autores y calificaciones en diversas plataformas.

Es importante que los editores comprendan que este formato, al llegar a nuevas audiencias, abre un nuevo panorama y es una manera de promover, de pensar el contenido y ofrecer accesibilidad.