En los albergues de la Red Casas del Migrante Scalabrini, que tienen presencia en cinco entidades del país, crece el temor de colapsar e incluso se advierte que el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría ocasionar una crisis humanitaria.

Como lo han hecho desde su fundación, explica el sacerdote Julio López, director de estos centros en México, brindarán atención no sólo a los extranjeros que transitan en busca de llegar a Estados Unidos, sino también a los mexicanos repatriados que lo soliciten, aunque advierte que una oleada de deportaciones, como las que ha amenazado Trump para el arranque de su segundo periodo en la Casa Blanca, rebasaría sus capacidades, así como las de otros albergues similares.

Al final, los albergues atenderán lo que puedan, se vendría una crisis humanitaria de mayor magnitud porque habrá mucha población en situación de calle o siendo víctima de las bandas del crimen organizado, indicó el también representante de la Red Clamor en el consejo ciudadano del Instituto Nacional de Migración.

Del norte y del sur

Si continúa llegando gente de ambos lados, del sur y del norte, los espacios siempre van a ser menos para unos y otros, subrayó.

López declara no tener certeza de que haya una estrategia clara desde el gobierno mexicano para hacer frente a las acciones con las que ha amenazado Trump. Hasta este fin de semana, ninguna autoridad federal los había contactado para prever una acción coordinada, y sólo algunas de los mandos locales han entablado comunicación con ese objetivo.

Esta agrupación cuenta con albergues en Tijuana, Nuevo Laredo, Ecatepec, Iztapalapa y Zapopan, donde la estrategia será ofrecer la atención hasta donde sus capacidades se lo permitan.

Los albergues siguen brindando la atención hasta donde les es posible y el plan que se tiene es continuar con la asistencia; sin embargo, la capacidad física de los refugios seguirá siendo la misma. Y aunque en algunas sedes pudiera aumentarse un poquitito la cantidad de personas que se puede apoyar, siempre está el problema de la capacidad económica para sostener el gasto que implica.

De manera constante, en caso de que se vayan 10 personas, llegan 10 más ese mismo día, apuntó, pero desde diciembre sí hubo un cambio en el tiempo que permanecían, ya que ante la urgencia de llegar, permanecieron menos tiempo de lo usual. Los centros de esta red cuentan con espacios para albergar desde 20 personas, los más pequeños y hasta 200, los de mayor tamaño.