Chihuahua, Chih., Un campamento de unos 200 migrantes instalado junto a los patios del ferrocarril, en la avenida Juan Pablo II de esta ciudad, fue dispersado la madrugada de ayer por elementos del Instituto Nacional de Migración (INM), la Secretaría de Seguridad Pública estatal, la Guardia Nacional y policías municipales.

Al ver a los agentes, quienes les informaron que los trasladarían a un albergue oficial, los extranjeros, la mayoría venezolanos, prendieron fuego a colchones y ropa y lanzaron objetos y piedras a los oficiales para evitar su detención y que los subieran a los cinco autobuses dispuestos para llevárselos de ahí.

El fuego se extendió a las casas de campaña y tejavanas de madera, por lo que bomberos acudieron al lugar para evitar que llegara a una tienda Oxxo y una fábrica cercanas.

Con el despliegue de más de 150 elementos policiacos, los agentes de migración lograron la detención de 39 personas, entre ellos 17 menores de edad. Todos fueron llevados al gimnasio municipal Polideportivo Sur, en la colonia Villa Juárez, y serán deportados a sus países de origen, Venezuela y Honduras.

En días recientes, la gobernadora panista María Eugenia Campos Galván declaró en entrevista colectiva que Chihuahua no se convertirá en un albergue de migrantes.

En Chiapas, las dos caravanas detenidas en Escuintla, donde llevaban varios días exigiendo la entrega de documentos para viajar hacia el centro y norte de México, se disolvieron este sábado, informaron sus integrantes. La mayoría aceptó la oferta del INM de ser trasladados a ciudades como Tuxtla Gutiérrez, para que ahí continúen procesos de regularización ante las autoridades.

La caravana prácticamente se disolvió, un pequeño grupo se fue a pie. Yo voy en una combi a Pijijiapan a un retén de migración y de ahí nos llevan a Tuxtla, dijo por teléfono un venezolano que pidió el anonimato.