Dubai. Teherán inauguró una base subterránea de misiles navales en un lugar no revelado del Golfo Pérsico, según la televisión estatal, en un momento en que se espera que recrudezca la tensión con Estados Unidos, un día antes del inicio del segundo mandato de Donald Trump. Por otra parte, un hombre asesinó a dos prominentes jueces de línea dura, que presuntamente participaron en la ejecución masiva de disidentes en la llamada matanza penitenciaria de 1988.

Los líderes iraníes temen que Trump autorice al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a atacar sus instalaciones nucleares y agudice las sanciones estadunidenses contra su industria petrolera.

La televisión iraní IRNA mostró al jefe de la Guardia Revolucionaria, el general Hossein Salami, visitando la base secreta, que estaría a una profundidad de 500 metros en algún lugar del golfo, de la que dijo era una de las varias construidas bajo tierra para lanzar misiles de largo alcance y hacer una guerra a distancia. Mostró también imágenes de túneles con largas filas de una nueva versión de lanchas rápidas evasoras de radares de clase Taregh que pueden lanzar artefactos de crucero.

Ataque

En tanto, en una sala de la Corte Suprema iraní un individuo armado asesinó a los jueces musulmanes y Mohammad Moghiseh y Ali Razini, con rango de Hodjatoleslam, título honorífico del islam chiíta. Luego se suicidó, informó Al Jazeera. Ellos participaron activamente en la lucha contra los delitos a la seguridad nacional, el espionaje y el terrorismo, declaró el órgano judicial.

Moghiseh, de 68 años, fue sancionado en 2019 por Estados Unidos por haber supervisado un número incalculable de juicios injustos. Razini, sobrevivió a un intento de asesinato en 1999.

Los juzgadores fueron nombrados por activistas y exiliados como participantes en las ejecuciones de alrededor de cinco mil presos políticos en 1988, de la Organización Muyahidín del Pueblo de Irán, al final de la guerra con Irak.