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Deportar, falsa solución

Avanzan por ruta de La Bestia

Ni Trump nos detendrá para cruzar a EU, dicen migrantes
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▲ Un grupo de extranjeros se acercan al albergue Amigos del Tren, en Irapuato, para recibir ayuda.Foto Víctor Camacho
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Periódico La Jornada
Sábado 18 de enero de 2025, p. 7

Irapuato, Gto., Con el tiempo encima, a tan sólo días de que Donald Trump sea presidente de Estados Unidos, las personas migrantes que transitan por territorio mexicano aseguran que con él o sin él cruzarán a ese país. Mientras avanzan por la ruta del tren La Bestia, Hidalgo a Guanajuato, saben que existe la posibilidad de que no logren llegar a la frontera norte antes del 20 de enero.

Se va a poner difícil, expresa Jason, hondureño de 27 años de edad, quien afirma que pese a ello, Trump no me va a quitar el impulso de entrar a Estados Unidos.

En un recorrido realizado por este diario en diversos puntos donde migrantes comúnmente montan el ferrocarril de carga para avanzar a los estados del norte, Jason comparte que su mayor estímulo para continuar son su familia y todo el peregrinar que ha vivido.

En entrevista, a orillas de las vías férreas en la comunidad Bojay, en Hidalgo, donde ha pasado dos noches esperando a la famosa Bestia para llegar a Irapuato, relata que hace cinco meses salió de su nación. Este tiempo, dice, he pasado hambre, he caminado demasiado, he viajado en tren en Veracruz y me han asaltado. Ha sido de todo un poco, pero aquí estamos.

Sin embargo, externa sentirse bendecido porque ya estoy lejos de la parte del sur, que pienso es la más difícil, aunque todavía me falta.

Yurely junto con otro grupo de hondureños coinciden en que si no logran llegar a Estados Unidos antes del próximo lunes, eso no importa, vamos a entrar porque vamos a entrar. Vamos de la mano de Dios.

No vamos con malicia

Entre tanto descansa en la Casa del Migrante El Samaritano, parte de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem), en Bojay, la joven expone que el único objetivo del grupo es ir a trabajar. No vamos con malicia ni nada. Sólo necesitamos dinero para nuestro hogar.

En su caso, señala que salió de Honduras hace tres años, tiempo en el que estuvo en Poza Rica, Veracruz, pero ante la falta de una estancia regular, queremos subir y entrar a Estados Unidos para tener una mejor vida. No hay empleo allá en mi país y aquí sí puedes trabajar de lo que te encuentres, pero no es mucho porque no tienes papeles.

En la ruta de La Bestia hacia las entidades de la frontera norte, los migrantes avanzan de convoy en convoy, en los llamados bolicheros, que son de góndolas abiertas. Para montar los vagones deben esperar su paso por días u horas en las vías, en muchas ocasiones en zonas despobladas y resistiendo las inclemencias del tiempo, pues son pocos los lugares que les pueden albergar, como Casa del Peregrino Migrante en Huichapan.

Ante la falta de certeza del momento en que pasará el tren por los puntos más conocidos como Huehuetoca, Bojay, Huichapan e Irapuato, los migrantes resignados señalan que lo único que les queda es aguantar porque la mayoría de ellos no tiene dinero para comprar boletos de autobús ni tampoco cuenta con permisos de tránsito.

La mayoría de los extranjeros viajan desde el estado de México e Hidalgo, llegan al llamado Puente de la Coca Cola, en Irapuato, para agarrar otro hacia Torreón, Coahuila; un trayecto de día y medio o dos.

También ahí pasa el tren que va a Guadalajara, donde suben a otro hacia Tijuana, pero este es uno de los trayectos más largos e inseguros, de alrededor de tres semanas.

Aunque los extranjeros no se están movilizando en grandes cantidades, sino de poco a poco, su avance continúa y la esperanza de entrar a territorio estadunidense no la detiene nadie, ni Trump. En el Puente de la Coca Cola, ubicado en la avenida Guerrero, acampan por lo menos unas 70 personas, entre venezolanos y centroamericanos, así como familias con menores de edad.

El flujo es de alrededor de 150 migrantes diarios, según Lilia Sánchez, del equipo de Ángeles del Tren, que les brinda alimentación, acceso a regaderas y baño; además de diversos servicios. Asimismo enfatiza que para estas personas la esperanza muere al último, pues algunas tienen el anhelo de que les llegue su cita CBP One para solicitar asilo en Estados Unidos, en tanto que otros confían en entrar por sus propios medios.

Hay gente que ya no tiene nada a qué regresar a sus países, vendieron todo lo que tenían y la vida allá es insostenible. No tienen otra opción, la mayoría no quiere quedarse en México porque su objetivo es Estados Unidos, entonces van a cruzar sin o con autorización, advierte.

La migración, destaca, es un derecho humano y aunque este viaje es muy arriesgado y saben que pueden perder la vida, es la mejor opción que tienen.