es el más duro en 4 años
Sábado 11 de enero de 2025, p. 25
Con heladas que llegaron desde noviembre y lluvia acompañada por granizo, para Elizabeth Alvarado éste ha sido el invierno más frío desde que se estableció con su familia hace cuatro años en la colonia Lomas de Tepemecatl, en la zona del Ajusco, de la alcaldía Tlalpan.
Ni en 2022, cuando una tormenta cubrió de aguanieve el Pico del Águila y otros parajes de la parte baja con capas de hasta 10 centímetros, recuerda que haya hecho tanto frío.
Desde las 7 de la mañana y hasta el mediodía, ella se instala en la calle Tonatzin con un puesto de atole y tamales, donde con una chamarra acolchada aguanta el viento helado que sopla a esa hora de la mañana, mientras sus vecinos bajan arropados con abrigos, sudaderas con capucha, chalecos, gorras, bufandas y cubrebocas, pero también algunos más aguantadores no van tan abrigados.
Refiere que por la noche después, de las 19 horas, comienza a sentirse más frío hasta alrededor de las 22 horas, mientras en la madrugada el clima es fresco, pero cuando amanece y comienza a salir el sol la temperatura baja más.
En su casa cuentan con dos calentadores eléctricos que se ponen en los cuartos más fríos, mientras se reúne la familia en la sala o el comedor y los apagan al irse a acostar.
Pero se quita al caminar
Marcos Sánchez, quien reside en la periferia de Tepemecatl, dice que el frío se siente feo, más en la mañana, pero ya caminando se quita
. Sale de su casa a las 5 de la mañana –para no agarrar tráfico
– hacia Barranca del Muerto, donde está la obra en la que trabaja como ayudante de albañil, por lo que debe caminar más de un kilómetro para llegar a la carretera Picacho-Ajusco a abordar el transporte que lo lleva al Periférico.
Su casa, contigua a la zona boscosa del volcán Xitle, construida con muros de block y techo de láminas de cartón y fibrocemento, protege del frío que se empieza a agudizar a las 7 de la noche
, y aunque su familia permanece dentro, siempre están abrigados y duermen con hasta cuatro cobijas, aunque no han faltado las enfermedades respiratorias como gripe y tos, pero que no les ha pegado demasiado fuerte.
Sus niñas, de 9 y 4 años, también tienen que salir muy temprano para acudir a la primaria a la colonia Belvedere –en Tepemecatl no hay escuelas públicas–, a 40 minutos de camino por la Picacho-Ajusco.
Originario del poblado de Ixtepec, Puebla, colindante con Veracruz, donde el clima es cálido, asegura que ya se acostumbró al frío del Ajusco tras 10 años de vivir en la colonia, por lo que no recurren a calentadores para sentirlo menos dentro de su casa y sólo están bien abrigados, agregó que incluso el agua –que a veces amanece con una capa de hielo– tampoco la calientan para realizar labores cotidianas como lavar los trastes y la ropa, salvo para bañarse.