Aunque el país ha avanzado en materia de lactancia materna en la década reciente, todavía se está lejos de cumplir la recomendación internacional de que esta fuente de alimentación sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida, plantea Cristina Chuck, líder del Núcleo de Investigación en Salud y académica de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Instituto Tecnológico de Monterrey.

La especialista detalla a La Jornada que mientras en 2012 sólo 14 por ciento de las madres lactaban, en 2022 llegaron a 33 por ciento. La recomendación en los primeros seis meses de vida es lactancia exclusiva en 100 por ciento de los casos o en al menos 60 por ciento, previniendo que haya alguna particularidad: problemas de salud o contexto social cultural.

Chuck subraya que este fluido biológico no sólo brinda beneficios al bebé, principalmente en materia nutricional, sino también a la madre, pues reduce la posibilidad de depresión posparto y aumenta el apego madre-hijo. También disminuye 32 por ciento el riesgo de padecer diabetes tipo 2, 26 por ciento de desarrollar cáncer en las mamas y 37 por ciento de tenerlo en ovarios.

Según el Instituto Nacional de Salud Pública, la lactancia materna es insustituible a corto, mediano y largo plazos, por lo cual se requieren políticas públicas con acciones para la protección, promoción y apoyo al derecho a esta práctica.

Áreas de oportunidad

Chuck indica que hay áreas de oportunidad en materia de políticas, campañas de promoción y educación y acciones de la iniciativa privada para facilitar la lactancia materna. Hay empresas que tienen lactarios, pero falta crear entornos laborales amigables con madre e hijos: flexibilizar horarios y poner en marcha estrategias. Por ejemplo, crear certificaciones o insignias para compañías que sean amigables con la lactancia o también establecer estímulos fiscales.

Destaca que la leche materna es un superalimento que no ha podido ser igualado por fórmulas infantiles y tiene una evolución de alrededor de 200 millones de años, cuando surgieron los primeros mamíferos.

La leche materna se ajusta y cambia la composición con respeto a las necesidades del bebé. El tercer componente mayoritario sólido de este fluido biológico son los oligosacáridos. Actualmente algunas fórmulas infantiles son suplementados con alrededor de cinco moléculas de estos oligosacáridos, pero la leche materna tiene hasta 200 moléculas estructuralmente diferentes de éstos.

Indica que aunque el principal beneficio de la leche materna es nutrir al bebé, tiene muchas otras ventajas: Entre ellos están los ácidos grasos esenciales, que favorecen el desempeño intelectual de los niños. También tiene prebióticos, que favorecen el desarrollo de una microbiota intestinal saludable. Recordó que investigaciones han arrojado que ésta incide en el estado emocional y en la salud cardiovascular.

La leche materna también favorece el sistema inmune y reduce el riesgo de experimentar sobrepeso y obesidad en alrededor de 13 por ciento de los infantes.