Washington. El gobierno del presidente Joe Biden declaró que las centrales nucleares en Estados Unidos podrán obtener lucrativos créditos fiscales para la producción de lo que denomina hidrógeno limpio, si es que ayudan a evitar que los reactores se retiren.

Las nuevas normas zanjan una de las últimas y más polémicas cuestiones relacionadas con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), una ley de 2022 que pretende luchar contra el cambio climático subvencionando tecnologías que reduzcan drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Algunos grupos ecologistas sostienen que las fuentes de energía limpia existentes, como los reactores nucleares, no deberían poder acogerse al programa de hidrógeno limpio de la IRA, que se considera fundamental para descarbonizar la industria pesada y los vehículos.

El uso de centrales nucleares para producir hidrógeno desvía energía limpia de la red que podría haber sido utilizada por otros consumidores de electricidad, afirman.

Si se evita la retirada de las centrales nucleares, la demanda adicional de producción de hidrógeno no habrá inducido emisiones en otros puntos de la red, afirma el Departamento del Tesoro en un comunicado.

El Tesoro de Estados Unidos publicó las normas definitivas el viernes, ajustando un plan de hidrógeno anterior publicado a finales de 2023 para hacerlo más favorable a la energía nuclear y otras industrias. No se sabe cómo enfocará la producción de hidrógeno la administración del presidente electo Donald Trump.

Frank Wolak, director ejecutivo de la Fuel Cell and Hydrogen Energy Association, dijo en un comunicado que la industria ahora puede esperar conversaciones con el nuevo Congreso y la nueva administración sobre cómo la política fiscal y energética federal puede avanzar más eficazmente el desarrollo del hidrógeno.

Las nuevas normas establecen que hasta 200 megavatios de la capacidad de generación de energía de un reactor pueden considerarse nueva energía limpia y recibir los créditos, si de otro modo estuvieran en riesgo de cierre por falta de rentabilidad.

John Podesta, asesor principal de Biden en política climática internacional, ha declarado: Las amplias revisiones que hemos hecho en esta norma final proporcionan la certidumbre que los productores de hidrógeno necesitan para seguir adelante con sus proyectos y hacer de Estados Unidos un líder mundial en hidrógeno verdaderamente ecológico.

En la actualidad, la mayor parte del hidrógeno se produce con combustibles fósiles a una fracción del costo de las alternativas más limpias.

Las nuevas normas también permiten a las instalaciones de gas natural que producen hidrógeno acceder a los créditos si instalan equipos para capturar y enterrar sus emisiones de dióxido de carbono.