Jerusalén. Las fuerzas israelíes atacaron múltiples blancos en Yemen vinculados a los combatientes hutíes, apoyados por Irán, entre ellos tres puertos a lo largo de la costa occidental del territorio y el aeropuerto internacional de la capital yemení, donde el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se encontraba a punto de abordar un avión privado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y abandonar Saná. Tel Aviv justificó la agresión y aseguró que los bombardeos fueron dirigidos contra objetivos militares de los hutíes, a quienes acusó de estar en el centro del eje terrorista iraní.

“La torre de control de tráfico aéreo, la sala de salida –a sólo unos metros de donde estábamos– y la pista sufrieron daños”, dijo Ghebreyesus en X, al añadir que él y sus colegas estaban a salvo.

Uno de los tripulantes de nuestro avión resultó herido y se informó de que al menos dos personas murieron en el aeropuerto (...). Tendremos que esperar a que se reparen los daños en la terminal antes de poder salir, informó el jefe de la OMS.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó los bombardeos y los calificó como especialmente alarmantes.

Los ataques israelíes, que siguieron a varios días de lanzamientos de proyectiles por parte de los hutíes de la organización Ansar Allah (Partidarios de Dios) que activaron sirenas en Israel –aunque no se reportaron daños– se produjeron durante un discurso del líder hutí Abdul-Malik al-Houthi, según el canal de televisión británico Sky News, en árabe, y dejaron al menos seis muertos, informó la televisión yemení, Al Masira.

Tel Aviv dijo que la aviación israelí procedió a bombardeos basados en fuentes de inteligencia contra objetivos militares en el aeropuerto internacional de Saná –que en 2022 reactivó sus operaciones tras seis años de interrupción– y los puertos en Hodeida, Al-Salif y Ras Qantib, además de una central eléctrica. Estos objetivos militares eran usados por el régimen terrorista hutí para introducir armas iraníes en la región y para la entrada de altos cargos iraníes, precisó el ejército en un comunicado.

Estamos decididos a cortar esta rama del terrorismo del eje del mal iraní. Continuaremos hasta acabar el trabajo, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y advirtió que es sólo el comienzo de la ofensiva contra Ansar Allah: Acabamos de empezar con ellos, apuntó.

Por otra parte, el ministro israelí de Defensa, Israel Katz, prometió perseguir a todos los líderes hutíes y atacarlos, así como lo hemos realizado en otras partes.

Los rebeldes controlan amplias zonas de Yemen tras haberse apoderado de la capital y después de derrocar al gobierno reconocido internacionalmente, en septiembre de 2014.

Una coalición liderada por Arabia Saudita lanzó en marzo de 2015 una campaña militar para derrotarlos y desencadenó una guerra que ha causado una de las peores crisis humanitarias en el mundo.

Desde el inicio de la guerra en la franja de Gaza hace más de un año, los hutíes han lanzado numerosos ataques contra Israel, aliado de Washington, en solidaridad con los palestinos.

Los hutíes también atacan a menudo a barcos que tienen relación, según ellos, con Israel, Estados Unidos o Reino Unido en el mar Rojo y el golfo de Adén, que han formado una coalición para hacer frente a las embestidas de los rebeldes de Yemen.

Al cierre de esta edición, se reportó la activación de las sirenas en territorio israelí, en prevención de un ataque desde Yemen.