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Identidad en riesgo
Sembrar maíz dejó de ser rentable
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de diciembre de 2024, p. 2

Uno de cada dos kilogramos de maíz que se consumió este año en México fue comprado en el extranjero. Es la expresión de la crisis en la que se halla el campo mexicano tres décadas después de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ahora T-MEC, impuso una liberalización total del comercio agrícola y agroalimentario, exponen especialistas a La Jornada.

Mientras crece la compra al exterior de maíz, un grano básico en la dieta nacional, se reduce la superficie sembrada. En 1994 era de 9 millones 196 mil hectáreas, la que en 2023 –último dato disponible– se redujo a 6 millones 941 mil hectáreas, una caída de 24 por ciento, de acuerdo con datos del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

México es autosuficiente en maíz blanco, el destinado al consumo humano. Las importaciones son sobre todo del amarillo, empleado como forraje o para productos en la industria de alimentos y bebidas. El consumo total por parte de familias e industria asciende a 46.6 millones de toneladas y, este año, la producción será de 23 millones, según cálculos del sector.

Los pequeños agricultores ven que la actividad ya no es rentable y por eso deciden no sembrar, expone María Eugenia Rojano Valdez, titular de la Secretaría del Campo del estado de México.

Álvaro López Ríos, secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, señala que la caída en la producción tanto en zonas de temporal como de riego está relacionada con la falta de una política de promoción, a partir de los años posteriores a la entrada en vigor del TLCAN. Es evidente que el campo ha sido duramente impactado por diferentes fenómenos, pero el más grave es la ausencia de programas de apoyo y protección, dice.

Y también por la irrupción de actividades que resultaron más rentables para algunas empresas agroalimentarias, a costa de la reducción en la oferta de un grano básico. Es lo que ha ocurrido con la producción de frutos como el aguacate o de las llamadas berries y vegetales cultivados en invernadero.

En Jalisco, segundo productor nacional de maíz después de Sinaloa, los campesinos han dejado de sembrar el grano para dedicar sus tierras a berries, cultivo que genera mayores ganancias en lo inmediato pero que tiene efecto en la erosión y agotamiento de los terrenos y consumen grandes cantidades de agua. En esta entidad, tres de cada 10 hectáreas de superficie sembrada se dedica a estos frutos. Algo similar ocurre con otros cultivos de alto valor, como el aguacate o el agave.

¨Sí hay apoyos, pero no los suficientes”, dice Manuel León, de Morena Agropecuaria Sinaloa.