Puestos y locales forman verdaderos laberintos
Quien no conoce la zona se pierde, asegura un usuario en la estación Merced
Domingo 22 de diciembre de 2024, p. 23
Los usuarios del Sistema de Transporte Colectivo Metro padecen no sólo aglomeraciones y fallas en el servicio, también enfrentan dificultades en la movilidad y riesgos en materia de protección civil, particularmente en los accesos y salidas de las estaciones que han sido invadidas por el comercio ambulante en las líneas 1, 2, 5, así como las A y B, cuyas terminales llegan al estado de México, con destino a La Paz y Ciudad Azteca, en los municipios de La Paz y Ecatepec, respectivamente.
En un recorrido por las estaciones Merced, Pino Suárez, Lagunilla y Zócalo se ve que los transeúntes incluso tienen que esperar parados en las escaleras al menos dos minutos, ya que el espacio para salir se reduce por la presencia de los puestos, la misma situación se repite en las terminales Tasqueña y Pantitlán.
En los locales semifijos los ambulantes venden pupilentes, gel antibacterial, frituras, ropa y calzado, así como bolsas de plástico de diferentes tamaños cuyo uso quedó prohibido con la reforma que avalaron los diputados locales a la Ley de Residuos Sólidos en enero de 2020.
En la estación Merced de la línea 1, Jaime Mejía, procedente de la colonia Torres de Potrero, en Álvaro Obregón, aseguró que el que no viene seguido sí se pierde, definitivamente
, e incluso no es visible el acceso a la zona de andenes desde la avenida Anillo de Circunvalación.
Recordó que después del incendio del 24 de diciembre de 2019 en el centro de abasto, se supone que iba a quedar mucho mejor, pero lo veo exactamente igual
porque no hay medidas de protección civil, por lo que alertó que si la gente no conoce se va a encontrar con algo taponeado; adonde diga salida todo mundo va a correr para allá y va a haber una tragedia. Eso sí, los pasillos son demasiado estrechos
.
Letreros improvisados
En medio del laberinto que forman decenas de puestos fijos y semifijos, hay algunos letreros colocados por los propios vendedores que con flechas indican hacia dónde se ubica el ingreso al Metro; además, hay locales de comida cuyas mesas quedan pegadas a la reja de acceso.
En Pino Suárez la explanada fue totalmente invadida por ambulantes; los que se instalan en las entradas ocupan las bardas para poner la mercancía; en Lagunilla, usan piolas como tendederos que amarran de las estructuras para exhibir la ropa que venden, mientras una mujer y sus dos hijos, originarios de Venezuela, se instalan en las escaleras para ofrecer mazapanes y cacahuates a 10 pesos.
Cuando los usuarios logran salir de esa estación, se topan en el Eje 1 Norte con los ambulantes en el carril lateral y los gritos de una vendedora que lanza la advertencia ¡mercancía pisada, mercancía pagada!
, y no es broma. Al mediodía, la presencia policiaca es nula, el operativo de la administración anterior para que no se invadiera la vialidad quedó en el olvido, misma situación que se repite sobre Circunvalación.
En la estación Zócalo las entradas hacia Palacio Nacional se mantienen cerradas, en tanto que la ubicada frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación está atiborrada de vendedores que utilizan las vallas metálicas para exhibir sus productos y en las jardineras colocan la basura y cajas de cartón.
Iván Villar, procedente de Aguascalientes y que visita la capital con su familia, lamentó el aspecto de la Plaza de la Constitución, que en su opinión está desagradable y sucia
, por lo que se expresó a favor de que esa área no sea utilizada por el comercio ambulante, mientras una mujer de la tercera edad procedente de la colonia Lindavista dijo: ¡hace mucho no venía, no estaba así!, ¿para eso lo hicieron peatonal?