Jueves 19 de diciembre de 2024, p. 23
Washington. Estados Unidos trasladó a dos detenidos de la prisión militar de la Bahía de Guantánamo a Malasia, su país de origen, después de que se declararon culpables de cargos relacionados con los atentados mortales de 2002 en Bali y acordaron testificar contra el presunto cabecilla de esos y otros ataques, informó ayer el Pentágono.
Los fiscales dicen que Mohammed Farik bin Amin y Mohammed Nazir bin Lep trabajaron durante años con Encep Nurjaman, conocido como Hambali, líder indonesio del grupo Yemá Islamiya, filial de Al Qaeda. Esto incluye ayudar a Nurjaman a escapar de la captura después de los atentados del 12 de octubre de 2002 que mataron a 202 personas en Bali, señalaron funcionarios estadunidenses.
Los dos hombres se declararon culpables de conspiración y otros cargos en enero. Su traslado se lleva a cabo después de que proporcionaron testimonio que los fiscales planean usar contra Nurjaman, el presunto cerebro, detalló el Pentágono.
Nurjaman está bajo custodia en Guantánamo esperando la reanudación de las audiencias previas al juicio, en enero, sobre los atentados de Bali y otros ataques.
El traslado de los dos malayos deja 27 detenidos en Guantánamo, donde el presidente George W. Bush estableció un tribunal militar y una prisión después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
En su punto máximo, Guantánamo detuvo a cientos de hombres, la mayoría musulmanes, en la guerra contra el terrorismo
librada después de los ataques del 11 de septiembre.
Sólo dos de los presos en Guantánamo cumplen condenas. El proceso de otros siete que actualmente enfrentan cargos se ha visto ralentizado por obstáculos legales, incluidos los presentados por la tortura de los hombres en sus primeros años bajo la custodia de la Agencia Central de Inteligencia y dificultades logísticas.
Las autoridades estadunidenses repatriaron antier al keniano Mohammed Abdul Malik Bajabu, después de 17 años sin cargos en Guantánamo.
Su liberación deja a otros 15 que nunca han sido acusados formalmente a la espera de su excarcelación. Estados Unidos busca países adecuados y estables dispuestos a recibirlos. Muchos son de Yemen, país dividido por la guerra y dominado por un grupo militante aliado con Irán.
Amnistía Internacional instó al presidente Joe Biden a poner fin a la detención de esos individuos nunca acusados antes de dejar el cargo. De no hacerlo, continuará siendo responsable de la aborrecible práctica de detención indefinida sin cargos ni juicio por parte del gobierno de Estados Unidos
, advirtió el grupo defensor de derechos humanos.